
La electrocución es una de las principales causas de mortalidad para especies como los monos congos y los perezosos.
Parte de la hermosura de nuestro país es su fauna, exhuberante y atractiva para propios y extranjeros, una razón por la que nuestros bosques son especiales y únicos en el mundo.
En la zona del Pacífico no es extraño escuchar, cuando el reloj marca las 5:00 am, aproximadamente, el aullido del mono congo, quien despierta el bosque y todo a su alredor con su profundo y característico sonido; así mismo, cuando cae la tarde a partir de las 5:30 pm, cuando los aullidos vuelven a poblar las copas de los árboles y se convierte en el anuncio del término de un día más.
Los monos congos son una “especie sombrilla”, lo que significa que su conservación beneficia a muchas otras especies que comparten su hábitat. Ese aspecto ha sido el vehículo para mover la voluntad de SOMOS CONGOS, una asociación sin fines de lucro y la reconocida marca mundial G-SHOCK, quienes unen esfuerzos y objetivos de preservación por medio de esta campaña que busca dotar de un porcentaje de las ventas, de productos ecológicos de la marca, para proteger a esta especie clave en la biodiversidad de Costa Rica.
El fundador de Somos Congos, Daniel Gutiérrez Solano, explicó:
SOMOS CONGOS comenzó como un grupo de vecinos y vecinas interesados en abordar la triste situación que estaban viviendo los monos en el distrito de Cóbano. La primera intención era construir pasos aéreos, pero rápidamente nos dimos cuenta de que el problema era más profundo. Entendimos que cualquier acción debe tener como base la conservación del hábitat de la vida silvestre y restauración de areas que ya han sido dañadas.
Gutiérrez añadió:
Por eso, actualmente nos hemos avocado a trabajar en pro del desarrollo sostenible que conviva en armonía con los primeros habitantes de estas tierras, ya que el mono congo se encuentra en el país en peligro de extinción y sus poblaciones actualmente continúan en descenso con alrededor de 36.000 individuos para todo el país”.
Como parte de la solución a esta problemática, es que G-SHOCK CASIO en su caminar hacia la sostenibilidad, se suma a esta campaña y desea fomentar a través de sus productos ecológicos, una conciencia clara del equilibrio que debe existir entre lo industrial y el medio ambiente. Por esa razón, es que los modelos de relojes sostenibles de la marca integran una o varias de estas características ecoamigables como resina con materiales renovables, carga solar, batería con larga duración, algodón orgánico de Truecotton, resina de material biológico y colorantes naturales de Food Textile. Los modelos que participan dentro de esta campaña y que beneficiarán a SOMOS CONGOS son varios estilos, los cuales se describen en la página web.
Tatiana Vargas gerente de mercado de Imporbel, empresa distribuidora de CASIO para Costa Rica, quien confirma que la campaña se desarrollará durante todo abril. Vargas añadió:
Como empresa nos concierne buscar las maneras en las que podemos ser parte del cambio y educar a las personas que son consumidores de G-SHOCK. Por esa razón es que con cada compra se contribuirá directamente con el medio ambiente en un porcentaje para la Asociación, quienes trabajan en el desarrollo sostenible con proyectos como restauración forestal, educación ambiental, rescate y atención veterinaria de fauna, prevención de accidentes, entre otros. No solo te llevás un reloj de gran calidad y ecoamigable, sino que también te sumás a preservar la biodiversidad del país”.
G-SHOCK aplaude la labor de SOMOS CONGOS, porque al cuidar a los congos, protegen también a los perezosos, aves, insectos polinizadores y muchas plantas que dependen de un bosque sano, ya que los monos ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema al alimentarse de hojas, frutas y flores, ayudando a dispersar semillas. Además, su actividad permite la regeneración natural del bosque al mover ramas y hojas, creando pequeños claros que favorecen el crecimiento de nuevas plantas.
Problemática que estamos enfrentando a nivel nacional
Costa Rica está enfrentando una serie de problemáticas ambientales que afectan su biodiversidad y equilibrio ecológico. El desarrollo humano, especialmente la expansión urbana y la infraestructura eléctrica, ha generado un alto número de muertes de animales silvestres. La electrocución es una de las principales causas de mortalidad para especies como los monos congos y los perezosos, ya que el tendido eléctrico reemplaza las conexiones naturales entre los árboles.
También se reportan altos números de atropellos y pérdida de hábitat, dejando a muchas especies sin refugio ni alimento.
Aunque Costa Rica ha sido pionero en reforestación y protección de áreas naturales, la deforestación sigue siendo un problema en zonas rurales y costeras, principalmente por la expansión agrícola, la ganadería y el turismo descontrolado. Esto provoca la fragmentación de los ecosistemas, lo que afecta la movilidad de las especies y reduce su capacidad de supervivencia. La llegada masiva de inversionistas y residentes extranjeros, sobre todo en zonas costeras como Guanacaste y el Pacífico Central, ha disparado el desarrollo inmobiliario.
Costa Rica se encuentra en una encrucijada entre el desarrollo y la conservación. Si bien el país ha logrado avances significativos en políticas ambientales, enfrenta retos urgentes que requieren soluciones sostenibles, como la electrificación amigable con la fauna, la planificación urbana responsable y la protección de corredores biológicos. La clave está en equilibrar el crecimiento económico con la preservación de la riqueza natural que hace de Costa Rica un referente en biodiversidad.
Entre los datos de electrocución y atropellos, se tiene que entre junio de 2018 y junio de 2019, se registraron 7.154 casos de electrocución de animales silvestres en Costa Rica, lo que equivale a un promedio de aproximadamente 20 animales electrocutados por día. Las especies más afectadas y el número de casos reportados en ese periodo fueron:
- Ardillas: 993
- Monos (especie no especificada): 947
- Zorros: 603
- Martillas: 463
- Perezosos: 260
- Garrobos: 167
- Serpientes: 140
- Iguanas: 130
- Zanates: 724
- Palomas: 617
- Zopilotes: 457
- Pechoamarillos: 301
En el caso específico de los monos congos (Alouatta palliata), un estudio realizado en PlayaTamarindo en 2021 reportó 142 casos de electrocución, representando un 34% de la población local de esta especie.
En la península de Nicoya, específicamente en la zona de Nosara, se registraron más de 100 monos aulladores electrocutados en un periodo de cinco meses, según un artículo de Voz de
Guanacaste. Además, en febrero de 2025, la asociación sin fines de lucro "Somos Congos" reportó 14 casos de monos electrocutados en una sola semana en Nicoya, elevando el total a 20 casos en lo que va del año, con 10 muertes confirmadas.
En la Ruta 35, se estima que aproximadamente 4.000 animales silvestres mueren atropellados cada año en solo seis kilómetros de esta carretera.
Durante la primera mitad de 2023, se registraron 34 muertes de felinos silvestres por atropello en las carreteras nacionales. Entre las especies afectadas se encuentran jaguares, pumas, yaguarundis, cauceles y manigordos. En la última década, se han documentado 478 casos de felinos atropellados, de los cuales el 88% resultaron en la muerte del animal, lo que equivale a un promedio anual de 42 fallecimientos desde 2012.
En 2022, se estimó que al menos 10 animales silvestres eran atropellados diariamente en Costa
Rica. Entre las especies afectadas se encuentran reptiles como iguanas y tortugas; aves, principalmente rapaces como gavilanes y lechuzas; y mamíferos como monos congos, puercoespines, armadillos y mapaches.