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La compañía destaca la creciente demanda de proteínas, el consumo consciente y la reformulación de productos como claves de su estrategia regional.

La industria alimentaria en Centroamérica está atravesando una transformación impulsada por consumidores que hoy buscan productos más nutritivos, accesibles y alineados con sus valores. En ese contexto, Cargill destacó algunas de las tendencias que están marcando el rumbo de su operación regional: una mayor demanda de proteínas en distintos formatos, consumo más consciente y una reformulación de productos para reducir azúcar y sal sin comprometer sabor ni calidad.

En Cargill, entendemos que la alimentación evoluciona y con ella, la necesidad de opciones versátiles y accesibles. Por eso, impulsamos la seguridad alimentaria a través de innovación y sostenibilidad, garantizando productos de alta calidad que se adaptan a las tendencias de consumo y contribuyen a un sistema alimentario más resiliente y asequible”, señaló Verónica Castro, vicepresidenta y directora ejecutiva en Centroamérica de Cargill, Grupo Food Latinoamérica.

Para atender estos cambios, la empresa ha invertido en tecnología, trazabilidad y diversificación de su portafolio, incluyendo pollo, huevos, embutidos, aceites, harinas, cacao, edulcorantes, productos a base de tomate y más.

Uno de sus ejemplos más visibles en Costa Rica es la línea de pollo de libre pastoreo Pipasa, la cual responde a la demanda por productos más sostenibles y saludables. “Nuestra capacidad para prever las necesidades del mercado ha sido fundamental. A través de la innovación y la implementación de prácticas más sostenibles, nos esforzamos por ofrecer alimentos que cumplan con las expectativas del consumidor actual”, añadió Castro.

El contexto económico también ha influido en las decisiones de compra. Los consumidores priorizan hoy más que nunca el valor y la accesibilidad, sin dejar de lado la calidad ni la sostenibilidad. Las redes sociales, por su parte, han acelerado la adopción de tendencias como los productos funcionales o las recetas saludables, y refuerzan la necesidad de transparencia e innovación en la industria.

Con este panorama, Cargill reafirma su apuesta por una industria alimentaria más consciente y resiliente, adaptada a las necesidades del consumidor moderno.