
A la fecha se conoce que en Agua Caliente de Cartago existió uno de los asentamientos precolombinos de mayor extensión y complejidad del país.
La Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), es parte activa y de apoyo a la gestión del Museo Nacional de Costa Rica (MNCR), en la fiscalización de los trabajos de evaluación previa y rescate arqueológico que se lleva a cabo en Agua Caliente de Cartago.
Setena resolvió mediante la resolución 0686-2024, la paralización de obras del Proyecto Condominio Cantos de Viento en Cartago, con el fin de que el Desarrollador implementara medidas para evitar la afectación a los restos arqueológicos detectados, así como la generación de algún impacto sobre el Área de Proyecto (AP) previo al inicio de obras.
El ministro de Ambiente, Franz Tattenbach dijo que desde MINAE se complacen de poder apoyar estos procesos de conservación, que contribuyen a la investigación permanente en el sitio y al desarrollo actividades formativas e investigativas, permitiendo la comprensión y valoración de las riquezas arqueológicas e históricas, tanto de esta zona como del país.
Una vez conocida la resolución, el MNCR, por medio de la Comisión Arqueológica Nacional (CAN), inició la primera fase de evaluación arqueológica, entre mayo y agosto del 2024 y actualmente se realiza el rescate por parte de un equipo liderado por un arqueólogo consultor contratado por la empresa dueña de la propiedad.
¿Qué se conoce del sitio Agua Caliente?
Este prominente asentamiento es uno de los monumentos arqueológicos con mayor investigación científica, especialmente desde 1983 cuando el Museo Nacional de Costa Rica inició estudios sistemáticos para documentar la extensión y las características del sitio. De aquí proviene una de las mayores colecciones de objetos y restos humanos precolombinos que tiene el país, con más de 6000 muestras de cerámica, piedra, metales y restos humanos.
A la fecha se conoce que en Agua Caliente de Cartago existió uno de los asentamientos precolombinos de mayor extensión y complejidad del país, que cubría unas 200 hectáreas, conformado por viviendas, cementerios, talleres y espacios ceremoniales de uso público, en lo que constituía un gran poblado habitado por lo menos durante unos 800 años. “Este complejo arquitectónico data entre el 700 al 1350 después de Cristo. No obstante, la ocupación se inició mucho antes, con pequeños caseríos desde el año 500 antes de Cristo”, explicó Grettel Monge, jefa del Departamento de Antropología e Historia del Museo Nacional.
Se trata de una aldea con estructuras tipo basamento, sectores funerarios con múltiples sepulturas y sectores con importantes concentraciones de desechos de las actividades domésticas y ceremoniales.