En Silicon Valley, los investigadores de inteligencia artificial (IA) debaten sobre la ética de la automatización. En Bruselas, los responsables de políticas discuten los marcos de gobernanza. Pero en las zonas rurales de Kenia, un agricultor se pregunta cómo los monopolios agroindustriales impulsados por IA afectarán su futuro. En el Amazonas, un líder indígena lucha por preservar el idioma de su pueblo, sabiendo que las herramientas de IA podrían ayudar, pero permanecen fuera de su alcance.

El Pacto Digital Global (GDC) de la ONU visualiza un futuro donde la IA se aproveche para el bien común de toda la humanidad. En el corazón de esta visión se encuentran dos iniciativas transformadoras: el establecimiento de un Panel Científico Internacional Independiente sobre IA y el lanzamiento de un Diálogo Global sobre Gobernanza de la IA. Para guiar este proceso, el Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNPGA) ha designado a Costa Rica y España como cofacilitadores: Costa Rica representando al mundo en desarrollo y España al mundo desarrollado.

El 18 de febrero, una consulta en línea dirigida por la ONU reunió a 500 participantes de ONG, el sector privado y la sociedad civil, centrándose en establecer el panel de IA y fomentar el Diálogo Global. Fue un paso crucial, pero su éxito depende de quién tenga un asiento en la mesa. La IA es más que un avance tecnológico: remodela economías, mercados laborales y estructuras sociales. Sin embargo, las personas más afectadas, en particular las comunidades indígenas y vulnerables, a menudo están excluidas de la conversación.

Superando la brecha

Cuando la gobernanza de la IA carece de estas voces, las consecuencias son reales. Mientras los centros tecnológicos debaten los riesgos de los Modelos de Lenguaje a Gran Escala (MLGE), millones de personas indígenas carecen de acceso a herramientas digitales que podrían preservar sus idiomas y patrimonio cultural. Como se destaca en "Deep Technology for Sustainable Fisheries and Aquaculture", esta falta de acceso se extiende más allá de la preservación cultural a áreas críticas como el monitoreo ambiental y la gestión de recursos.

Muchas comunidades pesqueras indígenas y a pequeña escala no cuentan con la infraestructura digital necesaria para recopilar y analizar datos, lo que limita su capacidad para participar en los procesos de toma de decisiones y defender sus recursos marinos contra la explotación industrial. Sin estas herramientas, su conocimiento tradicional permanece subvalorado y en riesgo de perderse en un mundo cada vez más impulsado por los datos. Mientras la inversión en IA impulsa el comercio financiero autónomo, los pequeños agricultores de África, América Latina y Asia enfrentan la amenaza existencial de los gigantes agroindustriales que utilizan la IA para dominar los mercados. Mientras los responsables de políticas discuten el papel de la IA en el crecimiento económico, los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) luchan por aprovechar la IA para la adaptación climática y la seguridad alimentaria. Sin estas perspectivas, la gobernanza de la IA corre el riesgo de profundizar las desigualdades en lugar de abordarlas.

Las personas en comunidades marginadas necesitan mejor acceso a la capacitación y educación en IA para cerrar esta brecha. La alfabetización en IA y las habilidades técnicas deben fortalecerse dentro de las comunidades marginadas para permitir una participación significativa en las discusiones sobre gobernanza y desarrollo de IA. Esto incluye financiamiento para programas de educación y capacitación adaptados a las necesidades locales, garantizando que la IA no solo se desarrolle para estas comunidades, sino también por ellas. Las universidades e instituciones de investigación en el sur global necesitan mayor acceso a financiamiento, asociaciones de investigación e infraestructura para construir soluciones de IA autóctonas.

La IA como herramienta de empoderamiento

Más allá de las discusiones políticas, la IA podría ser una herramienta de empoderamiento si se diseña de manera inclusiva. Muchas comunidades indígenas enfrentan el desafío de tener sus sistemas de conocimiento no documentados e ignorados. Los modelos de lenguaje impulsados por IA podrían ayudar a preservar los idiomas en peligro de extinción, capturando tradiciones orales y patrimonio cultural. El análisis de datos impulsado por IA, a menudo utilizado para maximizar las ganancias corporativas, podría en su lugar apoyar los esfuerzos de conservación dirigidos por la comunidad, el monitoreo climático en tiempo real y la protección de la biodiversidad. La inversión en IA, que actualmente prioriza el comercio financiero de alta frecuencia, podría redirigirse hacia la agricultura de precisión, soluciones de seguridad alimentaria y estrategias de resiliencia climática para los pequeños agricultores.

Las aplicaciones reales de la IA ya han demostrado su potencial para abordar desafíos humanitarios urgentes, pero solo cuando se diseñan con un enfoque inclusivo. En Haití, se han propuesto soluciones tecnológicas para combatir la escasez de agua y la inseguridad alimentaria, ofreciendo un vistazo a cómo la IA podría optimizar la distribución de recursos y la respuesta a crisis si se implementa adecuadamente. En Costa Rica, los esfuerzos coordinados para mejorar la seguridad alimentaria entre los estudiantes indígenas destacan la importancia de las soluciones digitales para agilizar la asignación de recursos, un proceso que la IA podría mejorar aún más al predecir necesidades y optimizar las cadenas de suministro. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) también ha destacado el papel de la transformación digital en el fortalecimiento de las estrategias de distribución de alimentos para las comunidades marginadas, subrayando el potencial no aprovechado de la IA para crear sistemas más eficientes y equitativos. Estos ejemplos refuerzan la necesidad de una gobernanza de la IA que priorice las necesidades locales, garantizando que los avances tecnológicos sirvan como herramientas de empoderamiento en lugar de instrumentos de exclusión.

Sin embargo, incluso cuando la IA tiene el potencial de servir a las comunidades marginadas, las prioridades de financiamiento no reflejan esa realidad. Los fondos de impacto social y los bancos de desarrollo a menudo favorecen proyectos de IA de alto perfil en lugar de iniciativas comunitarias a largo plazo. La investigación sigue concentrada en instituciones de élite en el Norte Global, mientras que el financiamiento para el desarrollo de la IA en el Sur Global sigue siendo limitado. Para que la gobernanza de la IA sea verdaderamente inclusiva, debemos replantearnos cómo se asignan los recursos. El financiamiento no solo debe desarrollar la IA para las comunidades marginadas, sino también

Una oportunidad crucial para la gobernanza de la IA

Por eso, el Panel Científico Multidisciplinario sobre IA, actualmente en discusión en la ONU, es tan importante. Sin embargo, para que este panel tenga un impacto real, debe hacer más que emitir informes. Debe integrar activamente a las comunidades indígenas y vulnerables en los procesos de toma de decisiones, asegurando que sus voces no solo sean consultadas, sino incluidas de manera significativa.

Las iniciativas de desarrollo de capacidades deben estar integradas en las estructuras de gobernanza de la IA. Los marcos de políticas de IA deben incluir mecanismos de financiamiento para proyectos de IA liderados por la comunidad, centros de investigación regionales sobre IA y programas de capacitación que empoderen a las organizaciones locales. Los organismos internacionales deben ir más allá de las discusiones teóricas y comprometerse con estrategias prácticas que doten a las comunidades locales de las herramientas y conocimientos necesarios para influir en la trayectoria de la IA.

Ya existen muchos programas de desarrollo de capacidades, liderados por entidades de la ONU, ONG y el sector privado, que ofrecen certificaciones, licencias y capacitación. En lugar de reinventar la rueda, los países podrían aprovechar estas iniciativas existentes para crear una base de expertos más diversa y basada en la comunidad. Al reconocer estas certificaciones como criterios de calificación, el panel de IA podría garantizar una representación más amplia, integrando la experiencia de regiones subrepresentadas y fomentando un enfoque más inclusivo de la gobernanza global de la IA.

Incluir o excluir: una decisión para el futuro

La gobernanza de la IA está en una encrucijada. Las soluciones desarrolladas en los centros tecnológicos no deben dictar las realidades de quienes viven en el Sur Global. Los esfuerzos de gobernanza deben extenderse más allá de las negociaciones gubernamentales para incluir a las organizaciones de base y las comunidades locales. La IA no debe considerarse meramente como una herramienta para el crecimiento económico, sino como una fuerza para la justicia, la sostenibilidad y la dignidad humana.

Tenemos una elección. La IA puede reforzar los mismos patrones coloniales de exclusión que han moldeado el desarrollo tecnológico durante siglos, o puede servir como una fuerza de empoderamiento. El resultado depende de quién esté incluido en la configuración de su futuro. El momento de garantizar un enfoque inclusivo y ético para la gobernanza de la IA es ahora.

Este artículo fue originalmente publicado en Tech Policy Press en inglés.

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