La mayoría de las mujeres experimentan la menopausia entre los 45 y los 55 años. Pero, ¿qué es realmente la Menopausia? La definición clásica nos dice que se refiere al momento en el que una mujer cumple 1 año completo sin tener menstruación. Esto indica el final de la etapa reproductiva.
Es una situación inevitable en la vida de toda mujer.
Sin embargo, muchos de los síntomas asociados a la menopausia pueden iniciar varios años antes de esa última menstruación y lastimosamente han sido minimizados, llevando a un abordaje deficiente de los mismos y más tristemente a un déficit de información en cuanto a prevención y tratamiento.
En este sentido, se han normalizado síntomas como la dificultad para dormir, la incontinencia urinaria, el dolor con las relaciones sexuales, la disminución en el deseo sexual, la pérdida de memoria y concentración, entre otras. La menopausia es mucho más que sólo calores.
Pero, ¿si es inevitable quiere decir que todo está perdido?, ¿quiere decir que debemos conformarnos con vivir con un deterioro en nuestra calidad de vida por los próximos 30-40 años?
La respuesta es no. No todo está perdido.
Lo primero es enforcarnos en prevención. Muchas de las acciones para abordar la menopausia empiezan antes de que esta inicie.
Socialmente, tener una figura delgada ha sido visto como una señal de buena salud. No obstante, la evidencia demuestra que más que un peso determinado, lo esencial es consumir los nutrientes necesarios que permitan mantener una adecuada composición corporal. Es por esto que tanto el exceso como la carencia son perjudiciales para nuestra salud.
Adicionalmente, la actividad física tiene un rol esencial. Si bien la actividad cardiovascular es importante y beneficiosa para muchos aspectos, ésta no es suficiente. Debemos también enfocarnos en desarrollar una masa muscular adecuada que nos ayude a regular muchos temas metabólicos y afrontar la pérdida de densidad ósea que tiene lugar en la menopausia.
La menopausia también puede provocar el debilitamiento de las estructuras de soporte de la pelvis, en este sentido, ejercicios de fortalecimiento específicos para esta zona tienen una gran importancia.
Los síntomas de la menopausia son reales, pero más importante aún, son tratables. Existen infinidad de tratamientos hormonales y no hormonales, así como también terapias regenerativas, que tienen una alta efectividad y que tienen como objetivo no sólo mejorar calidad de vida sino prevenir los efectos de la caída de los niveles hormonales.
De igual forma, la salud mental y la nutrición son claves en la menopausia. Este es un momento de muchos cambios, ajustes y retos. Ante esto, la forma en cual se aborde esta etapa permitirá vivirla de forma plena.
La menopausia y el envejecimiento son inevitables, pero la forma en la que vamos a vivir estas etapas es una decisión. El acompañamiento profesional es clave, porque no sólo se trata de vivir más sino de vivir mejor.
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