Compartieron estrategias con científicos y estudiantes de universidades de Chile e Inglaterra.
La Universidad de Costa Rica (UCR) busca establecerse como un referente en la arquitectura sostenible y resiliente, abordando los desafíos del cambio climático. A través de su Escuela de Arquitectura, la institución impulsa soluciones de diseño que integran la geografía, el clima y la psicología ambiental, con el objetivo de fortalecer la adaptación de las comunidades más vulnerables a fenómenos extremos como lluvias torrenciales, olas de calor y sequías prolongadas.
Un ejemplo de ello es el curso Clima Radical I: Arquitectura Tropical, mediante el cual estudiantes y académicos de la Universidad de Costa Rica, la Universidad de Newcastle, de Inglaterra, y la Universidad de Bío Bío de Chile exploraron soluciones, desde la perspectiva de la arquitectura, a las dinámicas ambientales, sociales y urbanas de la ciudad de Golfito.
En el marco de este curso se brindan herramientas para el análisis territorial, urbano y social en contextos tropicales, combinando investigación-acción, trabajo de campo, uso de equipo de análisis ambiental, tecnologías de mapeo con GIS, un enfoque de diseño prospectivo y una perspectiva interdisciplinaria.
Además, se llevan a cabo charlas con especialistas en diversas áreas, en las cuales las personas estudiantes profundizan en la relación entre arquitectura, territorio y clima extremo, desde tres estudios de caso, los barrios Llano Bonito, Bella Vista y Alamedas de Golfito.
Gracias a todas estas herramientas, las personas estudiantes también tienen la oportunidad de explorar y plantear estrategias para adaptar estos entornos a las condiciones climáticas proyectadas, formulando escenarios críticos o resilientes en diferentes escalas.
Dicho curso se desarrolla en el marco de una colaboración internacional, facilitando el intercambio de metodologías con estudiantes y académicos de diversas regiones tropicales. El curso es coordinado por las profesoras: la Dra. Emily Vargas Soto UCR, la Mag. Andrea Sancho Salas UCR, la Dra. Lucía Riba Hernández UCR, y la Dra. Irene Pérez López de la Universidad de Newcastle.
Sancho Salas comentó:
Es vital que la arquitectura empiece a implementar mecanismos para la adaptación al cambio climático, ya que el impacto de la arquitectura, especialmente la que no está pensada para dialogar con su entorno, ha sido uno de los factores que han generado esta crisis climática".
Entender los alcances del cambio climático y proponer soluciones
Según la Lucía Riba, docente del curso, el espacio no solo se centró en el uso del diseño pasivo como estrategia para mejorar el desempeño en climas tropicales, sino que también abordó escalas más amplias, como el territorio, el paisaje y el barrio.
Además, promovió la reflexión sobre los desafíos de un clima cada vez más extremo, resaltando el papel fundamental de la justicia ambiental y, por ende, incentivando a las personas estudiantes a aplicar estos aprendizajes en sus propios contextos locales.
Matías Carrillo García, estudiante de Maestría de la universidad chilena manifestó que el curso le ayudó a comprender los alcances del cambio climático de una forma más empírica.
Para mí que vengo de una región fría, el estar en Golfito y sentir el calor y la humedad y estudiar su historia y estar en clase donde se discute sobre qué podría pasar a futuro con respecto al nivel del mar debido al cambio de temperatura, y hacer esa relación, ayuda mucho a comprender de manera más palpable lo que puede suceder con el cambio climático".
Stephanie Vega de la Escuela de Arquitectura de la UCR explicó que la combinación entre la teoría y la experiencia de visitar y conocer el contexto de Golfito les permitió tener una visión más completa para plantear soluciones que desde el diseño, se adaptaran a la realidad de la zona.
Mientras que el estudiante Daniel Avendaño Saénz habló de la importancia de reconocer las condiciones climáticas que están afectando el entorno y la calidad de vida de las diferentes regiones del país.
Como resultado principal este curso les permitió a los estudiantes, explorar escenarios futuros y estrategias de resiliencia, y tener una comprensión profunda de la interconexión entre el entorno construido y la crisis climática.
Sancho Salas agregó:
El momento de actuar es ahora, y es crucial que las personas estudiantes comprendan la magnitud del problema y busquen soluciones, porque ellos son el futuro. Saber cómo aprovechar lo que ya existe y adaptarlo a condiciones climáticas radicales es necesario para salvar el patrimonio natural que aún existe y garantizar la sobrevivencia humana".
A través de un enfoque multidisciplinario y crítico, se fomenta una visión más consciente y propositiva sobre el papel de la arquitectura en la adaptación al cambio climático, promoviendo soluciones que consideren tanto la viabilidad técnica como el bienestar de las comunidades.