Desde la cárcel, Otto recuerda cómo llevar incompleto su uniforme marcó el inicio de su distanciamiento de la escuela y de su acercamiento a la delincuencia. Se sintió bruto, ridiculizado y prefirió “andar con los de la parada”, vender droga y, aunque fuera solo una vez, secuestrar a alguien. Hoy, a pesar de que podría volver a estudiar, prefiere no hacerlo porque recuerda con amargura su paso por la escuela.

En su libro, Invisibles, historias de adolescentes que cometieron homicidio (2022), bajo el título de “El uniforme”, la psicóloga Etty Kaufmann nos cuenta esta historia sobre Otto. El libro se basa en entrevistas que le hizo Etty a hombres y mujeres adolescentes, en diferentes centros penitenciarios de Costa Rica. Al leerlo, nos zambullimos con su autora en esa realidad tan oscura y a la vez ingenua, de algunos adolescentes que han vivido los desafíos del narcotráfico, la enfermedad mental y la exclusión del sistema educativo y de los beneficios de la salud pública.

¿Será que el destino de Otto es un callejón sin salida que, como su nombre, se lee igual en un sentido como en el otro? ¿Qué estamos haciendo como padres, como país y como sociedad, para darles y devolverles la esperanza a adolescentes como Otto? ¿Cómo ayudarles a vivir una vida digna y feliz? Estas preguntas se abordan en el más reciente episodio del pódcast La Telaraña, titulado Adolescencia, en el que conversan la artista visual Rossella Matamoros, la médica Olga Arguedas y Jurgen Ureña, conductor del programa.

Rossella ha realizado múltiples exposiciones y talleres sobre la adolescencia. Con sentido del humor, indica que esta etapa de la vida es clave porque “es el último momento en que podés jalarles la camiseta”. Nos recuerda que faltan espacios para darles un acompañamiento sensible, amoroso, cuidadoso, que permita la transición sana hacia la adultez. “Cuando te convertís en un adulto y no tenés salud mental, ya es decisión tuya”, señala Rossella.

Basada en su gran experiencia como médica, Olga recomienda a los padres de adolescentes, y esto me incluye directamente, estar presentes, de verdad, sin distracciones. Escuchar, escuchar, escuchar y, si realmente es necesario, hablar, pero no para juzgar. Esta pildorita de sabiduría me recordó el pacto al que llegan Parthenope y su profesor de antropología, en la película homónima de 2024, dirigida por Paolo Sorrentino: “Nunca te juzgaré. Nunca me juzgarás”. ¡Cómo nos hace falta, a los padres de adolescentes, cumplir esta consigna!

La buena música llevó a las invitadas del programa a hablar sobre el dolor y, en particular, sobre la esperanza como vacuna contra la tristeza e ingrediente fundamental para el desarrollo emocional de los adolescentes. Escuchemos, con Olga y Rossella, al cantante argentino Diego Torres, que nos recuerda pintarnos la cara color esperanza. Todos los días, añadiría yo. Intentémoslo.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.