Los países que han tenido claro que invertir en la niñez y la adolescencia es potenciar el desarrollo, han evidenciado altos porcentajes de retorno, así como una reducción de la desigualdad y de los índices de violencia y criminalidad. No me refiero solo a la inversión económica, que es fundamental, sino al abordaje integral en cada una de las áreas del desarrollo.

Atender la pobreza, violencia y la desigualdad de la población menor de edad, presupone gestionar de forma diferenciada sus necesidades y derechos. Identificar los problemas estructurales que son inversamente proporcionales al desarrollo integral de las personas menores de edad, es fundamental para su correcto abordaje.  No obstante, el mayor obstáculo que enfrentamos es la improvisación y falta de planificación de largo plazo.

Con gran preocupación y escepticismo, tanto por la forma como por el fondo, se reciben algunas medidas adoptadas por el MEP y el CSE, debido a que parecieran no responder a una planificación o ruta clara de la Educación, ni se acompañan de un estudio técnico que justifique su implementación. Programas como el de Informática Educativa o el de Afectividad y Sexualidad Integral, se han visto impactados al promoverse su eliminación o reemplazo.

A propósito de este último programa, nos enteramos de la propuesta de eliminación que presenta el MEP al Consejo y el acuerdo de elaboración de otro instrumento que lo reemplace, mediante un escueto comunicado que surge como reacción a una noticia y no como parte de un procedimiento de comunicación e información de un tema tan relevante, que atañe a toda la población y que afecta directamente a las personas menores de edad.

El programa de Afectividad y Sexualidad Integral es el producto de la consulta y validación de muchos sectores previo a su implementación, y durante su vigencia ha dado réditos medibles. Aprobar su reemplazo, sin que se aporte un estudio técnico que justifique la medida y sin una nueva propuesta al menos avanzada, la convierte en una improvisación que representa un riesgo muy alto, tanto por su impacto como por la población a la que va dirigida.  Dejarlo a la interpretación y a la especulación, polariza posiciones de forma innecesaria en un tema sensible.

Por otra parte, proponer la eliminación del Protocolo de atención del bullying contra la población LGTB con la excusa de que se "discrimina o segrega", es desconocer la doctrina de la Protección Integral que regula nuestro Código de Niñez y Adolescencia y tratados internacionales ratificados por Costa Rica, que promueven la adopción de medidas afirmativas para grupos en situación de vulnerabilidad, atendiendo siempre a sus particularidades y necesidades.

Avanzar en la satisfacción y garantía de derechos le ha tomado décadas al país, disminuir las cifras de embarazo adolescente; contar con legislación que regula el delito de las relaciones impropias; brindar herramientas a los jóvenes para una salud integral, sexual y reproductiva, adoptar medidas afirmativas en favor de poblaciones vulneradas, son algunos ejemplos. Retroceder es mucho más fácil, pero pasa facturas que son difíciles de honrar. Por eso no podemos permitirnos retroceder en logros medibles y tangibles que le han generado beneficios a la niñez y la adolescencia, prohibición expresa por principio de no Regresión en materia de DDHH.

La evidencia es clara, para el 2023 se registraron 198 nacimientos de niñas de 14 años o menos, aproximadamente 4 nacimientos por semana (INEC), lo que representa una disminución muy significativa en comparación con los datos del censo de 2011 que acreditaron 500 embarazos anuales. Cada día 13 adolescentes de 15 a 19 años se convierten en madres en Costa Rica (INEC), lo que nos conmina a seguir trabajando en informar y educar de forma asertiva.

Nos debe llamar a la acción el aumento de la violencia con rostro de niñez. La prevención y la educación son nuestros aliados, por ello es tan necesario retomar y fortalecer el trabajo preventivo y articulado de las distintas instituciones del Sistema Nacional de Protección, la familia y el Estado en general, con la participación activa de las personas menores de edad.

Hay silencios que aturden e indiferencia que mata, por ello exhorto a las instituciones y organizaciones que integran el Consejo Nacional de Niñez y Adolescencia (CNNA a pedir explicaciones, para que, en el seno de ese órgano, se analice el fundamento técnico de las decisiones adoptadas y se pueda recomendar lo pertinente, todo en función del seguimiento que se hace al cumplimiento de la Política de Niñez y Adolescencia. Mismo llamado a las organizaciones de la sociedad civil y a la comunidad estudiantil.

Las acciones en favor de la niñez y adolescencia deben ser prioridad para todo gobierno, por ello le invito a consultar las propuestas que van a estar presentado las distintas personas candidatas de los diferentes partidos de cara a las próximas elecciones; a promover y presionar para que la niñez y la adolescencia sean una prioridad. Ojalá que la respuesta que le brinden oriente su intención de voto, en mi caso así será.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.