Fue en el año 2013 cuando un cambio a la Ley de Creación del Consejo Superior de Educación CSE N° 1362, elimina de su artículo primero el concepto “desde el punto de vista técnico”. De esta forma, se le da a dicho órgano el carácter de orientador y director de la educación pública. En ese sentido le corresponde al CSE no solamente dictar política educativa y curricular, sino exigir y rendir cuentas sobre su implementación. Las políticas se expresan en el diseño y puesta en marcha de reglamentos, programas, proyectos, y otras acciones.

Las políticas                                                                                  

Debemos iniciar reconociendo el acierto del CSE al haber aprobado en 2015-2016 tanto la Política Educativa: La persona, centro del proceso educativo y sujeto transformador de la sociedad, como la Política Curricular: Fundamentación pedagógica de la transformación curricular. Consideramos que ambas políticas, además de su pertinencia y visión prospectiva, deberían ser brújula para accionar el sistema educativo en general.

En otros momentos hemos analizado la visión prospectiva y la pertinencia de ambas políticas, que deberían ser brújula para el accionar del sistema educativo en general.

En particular en la Política Curricular encontramos que el punto 3.3 presenta una aspiración por el fomento de ambientes de aprendizaje diversos y enriquecidos: “Para abordar una mediación pedagógica que centre su interés en la construcción de conocimientos es preciso establecer nuevos y diversos ambientes de aprendizaje, tanto presenciales como virtuales, que fortalezcan la creatividad, el espíritu de asombro en el estudiantado que faciliten la interacción lúdica, comunitaria y colectiva, y que propicien el desarrollo de las nuevas habilidades requeridas para enfrentar los retos del siglo XXI.”

Específicamente en cuanto a las Orientaciones para una nueva realidad para la transformación curricular y de los espacios para la participación y convivencia en el centro educativo, la número 5 hace referencia a que los espacios deben favorecer “el vínculo, la convivencia y el desarrollo del potencial de cada persona en el centro educativo”.  Y agrega… “Cada centro educativo desarrollará su potencial y particularidades, de acuerdo con su contexto, atendiendo a sus especificidades regionales y territoriales,” y que “asegurará que la persona estudiante adquiera las habilidades necesarias con el propósito de promover el desarrollo sostenible, estilos de vida saludables y en armonía consigo mismo o consigo misma, las demás personas y el entorno natural; la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía planetaria y la valoración de la diversidad cultural”.

Es decir, el espacio físico debe fomentar (y no inhibir) el desarrollo de los conocimientos, capacidades, habilidades y competencias propias del siglo XXI, que como lo expresa la Política son: Pensamiento sistémico; Pensamiento crítico; Aprender a aprender; Creatividad e Innovación; Ciudadanía local y global; Responsabilidad personal y social; Estilos de vida saludables; Vida y Carrera; Colaboración y Comunicación; Apropiación y de las tecnologías digitales y Manejo de la información.

Con una visión pertinente de las realidades y necesidades para el aprendizaje en el Siglo XXI en estos documentos se promueven los espacios flexibles que trasciendan el aula tradicional cerrada y dividida; que posibiliten la visibilidad abierta, la participación y la colaboración; que incluso permitan el encuentro afectivo y didáctico de distintos niveles con edades diversas y que incorporen todos los espacios incluyendo los institucionales, los comunitarios y los naturales.

¿Y las cuentas?

También le corresponde al Consejo Superior de Educación, como órgano orientador y director, pedir y rendir cuentas sobre los avances en la ejecución de las políticas, mismas que expresan en el diseño y puesta en marcha de reglamentos, programas, proyectos, y otras acciones. En general, todos los documentos y directrices que emanan del CSE indican explícitamente que se enmarcan en sus acuerdos. Pero más allá de lo manifestado, es necesario que el CSE informe a la comunidad educativa y al país en general sobre las directrices que ha emanado para contar con información relevante de manera que pueda dar seguimiento a la implementación de sus acuerdos en política educativa.

Para apoyar al Consejo en dicha rendición de cuentas, le presentamos algunas sugerencias y preguntas que le puede guiar para dar las respuestas que el país está requiriendo.

En relación con los espacios físicos para el aprendizaje existentes, el Consejo Superior de Educación debe dar cuentas sobre:

  • La visión y planificación para atender las aproximadamente 800 instituciones educativas que tienen orden sanitaria por parte del Ministerio de Salud;
  • La visión y planificación para intervenir las plantas físicas que por más de cien años han venido siendo construidas con un diseño arquitectónico tradicional, de manera que puedan adecuarse para favorecer (no obstaculizar) el desarrollo de los conocimientos, capacidades, habilidades y competencias y habilidades en las dimensiones que establece la Política Curricular.

En cuanto al diseño de nuevas edificaciones para el aprendizaje:

  • ¿Ha solicitado a la Dirección de Infraestructura Educativa DIE que se presenten diseños de edificaciones que favorezcan (no inhiban) el desarrollo pleno de las aspiraciones contenidas en la Política Curricular?
  • ¿Ha aprobado diseños alternativos para la construcción de infraestructura educativa en el país, congruentes con la Política Curricular?
  • ¿Ha dado indicaciones al DIE para que se proponga un nuevo reglamento para la autorización de infraestructura educativa propuesta por otras instancias, de manera que favorezcan un aprendizaje como el que promueven las Políticas Educativa y Curricular?

Celebramos que, tal como establece la Política Curricular aprobada por el CSE, se busque estimular la creatividad, el espíritu de asombro en el estudiantado; que se facilite la interacción lúdica, comunitaria y colectiva, y que se propicie el desarrollo de las nuevas habilidades requeridas para enfrentar los retos del siglo XXI.

Este, es un ideal podrá ser alcanzado, en parte y entre otras condiciones, si se cuenta con espacios físicos adecuados y estimulantes.

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