En el año 2023, debido al hallazgo de un viejo documento relacionado a la Guerra del Coto (La Guerra de Costa Rica y Panamá de 1921), me vi en la obligación de visitar durante varios días el Archivo Nacional en Zapote. Tuve doble suerte; la que en aquel entonces era mi novia -hoy compañera y madre de mi hija- me acompañó religiosamente a este lugar, no solo eso, cada vez que yo ataba cabos sobre los documentos revisados, me escuchaba pacientemente, y me animaba a profundizar y cotejar los resultados. Además, el lugar pasa con muy pocos visitantes, posiblemente por el poco interés que tenemos en la historia. No seré hipócrita, pues esto último, fue una gran suerte, porque el encargado podía atendernos y gestionar todas nuestras peticiones si mayor dilación. Producto de lo encontrado en esos días se alimenta este artículo, así como el vídeo -al final de este documento- que lo invito a observar.

Para el año 1901, Costa Rica se encontraba gobernada por Rafael Iglesias Castro. El presidente del Congreso era Francisco María Iglesias Llorente. Por su parte y no menos importante, se registra entonces la presencia en Costa Rica de una empresa petrolera, de capital estadounidense, incorporada en el Estado de Dakota, y que se denominaba “Costa Rica Petroleum Coal Company”. Su representante legal era José María Tinoco Iglesias. Estas tres personas aludidas formaban parte de una de las familias más importantes de la época, la que algunos historiadores denominan El clan Tinoco Iglesias, en contraposición del Montealegre y el de los Mora, con quienes rivalizaban en poder e influencia. El Gobierno, procuró obligar a la empresa como parte de sus obligaciones contractuales a 1- Adquirir en Costa Rica minas de carbón de piedra y depósitos de petroleo y explotar unos y otros convenientemente, dentro de los dieciocho meses siguientes a la aprobación del contrato. 2- Emplear  de preferencia a costarricenses en la explotación de esas industrias.

Según los historiadores consultados, no existen mayores detalles de las actividades realizadas por la empresa petrolera, por lo que se descarta que se realizara extracción de petroleo.  Sin embargo, si es posible seguir el rastro de las propiedades adquiridas por la empresa estadounidense. Y ese es,  precisamente el valor del vídeo que les deseo presentar. ¿Quiénes gestionan la adquisición de propiedades previo a la firma del contrato petrolero?  ¿Existían vínculos familiares entre los intervinientes?.

Aunque hubo beneficiados -los menos- con este contrato petrolero, lo presentado finalmente no pasa de ser una mera anécdota, desempolvada más de cien años después. Resguardo la esperanza que esas añejas practicas no se repitan si el país vuelve a emprender algún proyecto de esta naturaleza y que los procesos se transparenten con un ojo público vigilante.  

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.