Faltan 247 días para que el Tribunal Supremo de Elecciones llame a elecciones generales al pueblo costarricense. Si alguna vez fue crucial, a lo largo de nuestra historia, escoger cuidadosamente a nuestros gobernantes y representantes, la coyuntura actual exige un esfuerzo aún mayor. Pocas veces en doscientos años de vida independiente enfrentamos un panorama tan desolador para nuestro futuro.
Tendremos que escoger entre una ruta que permita que sobreviva nuestro régimen democrático, como lo soñaron y construyeron nuestros abuelos, o ante nuestra indiferencia y pereza, dejarlo perder y que sea la mediocridad, la vulgaridad y el fascismo lo que sustituya a las buenas formas del entendimiento que nos han caracterizado en la búsqueda de soluciones a los graves problemas que nos agobian.
Espero entonces que no dejemos que la desesperanza ahogue nuestra fe y que seamos capaces de discernir en medio del signo de los tiempos. La violencia en todas sus formas ha venido ganando espacio y esto no ha sido un rasgo distintivo de nuestra sociedad y nuestra forma de vivir en democracia.
Los peligros del poder concentrado
Hoy día vemos a super-ricos intentar gobernar al mundo e inducirnos a adorar el becerro de oro. Ya no se conforman con lo que tienen; lo quieren absolutamente todo y para ello no han dudado en tomar el poder político también, o colocar ingenuos y ambiciosos títeres que se plieguen a sus intereses. Me aterra ver las formas de concentración de riqueza que han emergido en los últimos tiempos. Semejantes tan solo a los inicios de la revolución industrial o de la expoliación de los recursos de América por parte de algunas potencias europeas al inicio de la Era Moderna.
Dentro de este contexto me he encontrado con una gran obra que posiblemente pocas personas han podido leer en Costa Rica. Se denomina Frente al Poder, del extraordinario periodista Martin Baron, exredactor de Miami Herald, Boston Globe y Washington Post. La obra en español tiene menos de un año de publicada y les queda ampliamente recomendada.
Hay que prestar cuidado a las señales. En una entrevista televisiva efectuada en 2018, sagazmente la octogenaria y brillante periodista norteamericana Lesley Stahl, le preguntó a Donald Trump, por qué insistía en denigrar a la prensa, respondió: “¿Sabes por qué lo hago? Lo hago para desacreditarlos y menospreciarlos; así, cuando escriban cosas negativas sobre mí, nadie les va a creer”. Ojo, esta cita que planteo es clave para entender mucho de lo que está ocurriendo en nuestro país.
Durante la campaña política (desde octubre 2021 hasta hoy en día) del presidente Chaves y la diputada Cisneros Gallo, rara vez ha faltado un día en el cual no se haya desacreditado a la prensa o apuntado hacia algo o alguien; cualquier estrategia de distracción es justificada con tal de evadir los graves problemas que enfrenta el país y la necesidad imperiosa de abocarnos a la búsqueda e soluciones. El ejercicio del poder político no puede ser reducido a un insultante, vulgar y abominable lloriqueo, “de que no se puede hacer nada porque no me dejan”, “o que tales y tales problemas son culpa de…”. Atención a esa repugnante y patológica forma de reducir el ejercicio del poder a una eterna y estéril campaña política.
En esa pirotecnia discursiva primero se atacó a la prensa, luego a la Asamblea Legislativa, después a la Contraloría, posteriormente a gobernantes anteriores, a la fiscalía y magistrados, presidentes de los supremos poderes… Aún falta posar su atención dislocada y estrambótica en el TSE. Cosa que probablemente pronto ocurrirá.
Un discurso que erosiona la democracia
En esa enfermiza y delirante conducta de conducir al Estado de Derecho y el imperio de la ley al límite; el presidente se ha dedicado a perseguir y catalogar como enemiga a La Nación (cierre del Parque Viva) y a acusar al banquero Baruch de evasión de impuestos ante Tributación Directa. Estos comportamientos rayan en saltarse la institucionalidad con baladíes artimañas. Mientras tanto en el plano de la gobernanza política hacen gala de una incapacidad absoluta de liderar procesos de reforma política, no solo enviando proyectos de ley defectuosos sino además desaprovechando los periodos de sesiones extraordinarias, donde el Ejecutivo posee la iniciativa de ley que la Constitución Política les concede. Allí también Chaves y sus adláteres han mostrado una asombrosa ineptitud.
Curiosamente desde la campaña política, antes de mayo de 2022, Cisneros y Chaves atacan a un sector de la prensa llamándoles “prensa canalla”. Observen la gran similitud de tal conducta con lo expuesto por Trump en su primera campaña y mandato en EEUU. La Nación, CRHoy, Teletica, son de lo peor para el chavismo; pero esa misma prensa canalla que atacan hoy y mañana también fue objeto de reconocimiento por parte del presidente Chaves cuando el 1 de diciembre de 2022 (Día de abolición del ejército) se ofreció un homenaje a doña Olga Cozza, dueña de Teletica, por su aporte a la democracia costarricense. ¿Entonces?
Estos perversos deseos de torcer la verdad, de rodearse de secretismos y faltas a la transparencia, hacen que el lobo del fascismo asome sus puntiagudas orejas. Este es un buen momento para recuperar algunos pasajes del texto De Calderón a Figueres, de Eugenio Rodríguez Vega, donde describe algunas de las conductas más deleznables del calderonismo, en la década de los cuarenta, sobre persecución política y, violación del marco jurídico vigente y atisbos de una especie de estado totalitario.
No podemos permitir que la democracia muera en la oscuridad
Esta temeraria conducta de violar las normas y soslayar la democracia, puede irremediablemente propiciar que otros se animen a hacer lo mismo, erosionando las normas más mínimas del respeto y la convivencia pacífica. El aumento de lenguaje violento en diversos espacios y de discursos de odio e intolerancia hacia ciertos grupos, como las mujeres o grupos de orientación sexual diversa, son señales de que vamos por mal camino y evidencian un serio retroceso en aspectos que considerábamos que la sociedad ya había superado.
Volviendo a Trump y su manera de enfrentar a la prensa, recordemos como poco a poco fortaleció su perfil de persona mitómana; en su primer año de presidencia promediaba 6 mentiras al día, pasó a 16 en 2019 y 39 diarias en 2020. Para muchos periodistas “sus mentiras constituían una amenaza cancerosa a la democracia americana”.
En nuestro caso, en la tercera semana de mes de enero de este año, acaba el presidente Chaves de presentar un proyecto de ley para eliminar las denominadas pensiones de privilegio, cuando en honor a la verdad, ya la legislación existente contempla topes a las mismas y establece su extinción. ¿Por qué semejante muestra de cinismo de quien fue ministro de Hacienda cuando en el gobierno anterior se aprobaron dichas reformas? ¿A quién pretende engañar? Vaya usted a saberlo.
Hoy, no seremos cómplices ni testigos mudos del aumento desmedido de la violencia. Vemos crisis en la Policía de Control de Fronteras, en Vigilancia Aérea, en el Servicio de Guardacostas. Por la terminal de APM en Moín sigue pasando droga en cantidades industriales hacia Europa, mientras la captura de cocaína a caído en forma estrepitosa. No en vano medios como El País en España, Le Monde en Francia, New York Times en EEUU y El Universal en México, han publicado sendas notas, destacando penosamente en lo que se ha convertido nuestro país en los últimos años.
La renuencia a saldar deudas del estado con la CCSS y a impulsar un verdadero mejoramiento de servicios en salud desde la benemérita institución, es también grave y calamitosa así como los severos daños al financiamiento de la educación pública y la desprotección del agro en la producción de alimentos, alcanza niveles críticos.
Rara vez hemos visto tanta inutilidad e incompetencia juntas
Pareciera que hay una voluntad manifiesta de Cisneros y de Chaves de conducirnos hacia un estado fallido y generar un retroceso en los importantes logros sociales y económicos que hemos acumulado en los últimos cien años de historia. En ese pasado dudo que hayan muchas cosas de las cuales debamos arrepentirnos los costarricenses y que sean causa de sonrojo. Todo lo contrario, nuestros sabios abuelos fueron capaces de heredarnos una patria sustentada en la justicia social, progreso y bienestar, donde el trabajo honrado y la preocupación de unos por otros han sido los pilares fundantes. Claro, en esa ruta han habido imperfecciones, errores y corrupción.
Pero esta administración ha perdido la oportunidad de emprender reformas de calado y ha desperdiciado el tiempo mirándose acaso el ombligo. Nuestro acervo moral nos dará la fuerza para emprender dentro del régimen de derecho, las reformas para retomar el sendero de un país más inclusivo, más solidario y que siga generando oportunidades para su juventud y sus mujeres, además combatir la pobreza y la exclusión de forma más eficiente. Podemos soñar y construir un futuro mejor para todos, sobre todo los marginados y excluidos a quienes la institucionalidad no puede fallarles; aunado a ello promover la existencia de partidos políticos que retomen la senda de la formación, capacitación y la generación de propuestas de largo y mediano plazo.
El matonismo, malacrianza y la violencia verbal que son las formas que ha seleccionado esta administración para comunicarse, han de ser contrarrestadas con la verdad, las buenas maneras y la decencia. El anhelo de soñar con un pueblo más culto y educado no es negociable. Infamias como tomar recursos destinados a la formación tecnológica de niños y jóvenes de zonas marginales, para pagar una póliza que proteja a los jerarcas de sus torpezas, mentiras y ocurrencias, no debe tener cabida en un país que se precia de democrático y civilista.
La validación que hoy se hace desde varias partes del Ejecutivo para justificar y practicar violencia, agresiones contra ciudadanos, seguir contrarios políticos y agredir brutalmente a la naturaleza, además de hordas de troles en redes sociales financiados sabe Dios con qué recursos, alabando a ciertos funcionarios púbicos, elevándolos a condiciones de cuasi dioses; solo evidencia una ruta fascista de pérdida de libertades y de constreñir el espíritu civilista y democrático que hemos cultivado por décadas, para que ahora una gavilla de advenedizos, liderados por un aspirante a monarca, pretendan borrar de un plumazo todo resabio de civismo y democracia, añorando una Carta Magna hecha a su medida, como ya lo han logrado Ortega y Bukele en El Salvador.
Hoy debemos preguntar a Cisneros, a Chaves y sus acólitos: ¿por qué ese morboso deseo de debilitar los cuerpos de seguridad del país? ¿Por qué sospechosamente debilitar la educación pública que ha sido orgullo mundial hasta hace poco? ¿Por qué debilitar la seguridad social al no proveer de más recursos y una adecuada y sana gestión de la CCSS? ¿Por qué temerariamente destinar cada vez menos recursos al combate de la pobreza y la desigualdad a través de limitar becas para estudiantes y reducir los bonos de vivienda?
Para bufones, arlequines e inútiles ya no hay espacio
Dentro de 459 días habrán nuevos inquilinos en Zapote. Y es con movilizaciones, ideas y argumentos como podrán ser derrotados esos espurios, infames y sedientos deseos de quienes sueñan con más poder y que con ardid confunden lo púbico con lo privado. No olvidemos que Chaves fue electo con una menor cantidad de votos que Alvarado. Y que Alvarado fue electo con una menor cantidad de votos que Solís Rivera. La desafectación que siente esta generación por lo político debe conducir a una sacudida nacional que nos saque del conformismo, la indiferencia y de cierta modorra tropical, antes de que seamos despojados de nuestros derechos más elementales.
O tendremos allí sentada un persona lacaya de Cisneros y Chaves absolutamente inoperante e incapaz de reaccionar ante los desafíos que la patria demanda... o alguien capaz de reencontrar y renovar la ruta costarricense dentro de un marco democrático y que con sagacidad sabrá liderar, diseñar, discutir y proponer salidas a los atolladeros que hoy nos abruman.
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