Desde tamales hasta lomos rellenos, la carne de cerdo es un elemento esencial en las mesas de fin de año en Costa Rica, combinando sabor, tradición y nutrientes.
La Navidad en Costa Rica no estaría completa sin los sabores tradicionales que unen a las familias, y entre ellos, la carne de cerdo ocupa un lugar especial como protagonista de los platillos más icónicos de la temporada.
La Cámara Costarricense de Porcicultores (CAPORC) reporta que, durante noviembre y diciembre, la demanda de carne de cerdo aumenta considerablemente. Este fenómeno se debe principalmente a la preparación de tamales, el platillo más representativo de las fiestas, así como a recetas tradicionales como la pierna de cerdo al horno y el lomo de cerdo relleno.
Calidad y beneficios nutricionales
“La carne de cerdo producida en Costa Rica cumple con estrictos estándares de calidad e inocuidad, lo que garantiza que sea un alimento seguro y saludable para las familias. Además, su versatilidad lo convierte en un ingrediente ideal para las recetas tradicionales de la época”, comentó Luis Diego Rojas Hernández, presidente de CAPORC.
Además de su delicioso sabor, la carne de cerdo ofrece importantes beneficios nutricionales:
- Proteínas de alta calidad para el mantenimiento y reparación de tejidos musculares.
- Vitaminas del complejo B, como tiamina y niacina, esenciales para el metabolismo energético y el sistema nervioso.
- Minerales como hierro y zinc, que fortalecen el sistema inmunológico.
Tradición y esfuerzo
Aunque el aumento en la demanda puede reflejarse en precios más altos, las familias costarricenses continúan eligiendo el cerdo como base de sus recetas navideñas, gracias a su versatilidad y al esfuerzo de una cadena productiva comprometida con ofrecer alimentos de alta calidad.
CAPORC subraya que consumir carne de cerdo local no solo fortalece la tradición navideña, sino que también apoya a los productores nacionales, quienes garantizan estándares que cumplen con las expectativas de sabor y nutrición de los consumidores.