Iniciativa se realiza en Bahía Culebra, Guanacaste, y en la restauración han participado 125 voluntarios.

En un esfuerzo conjunto por restaurar y preservar la biodiversidad marina en Guanacaste, el proyecto Culebra Reef Garden, liderado por Península Papagayo, el Centro de Investigaciones Marinas y de Limnología (Cimar) de la Universidad de Costa Rica, la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ) y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), celebra su quinto aniversario.

Desde 2019, el proyecto se ha enfocado en la recuperación de los arrecifes coralinos, preservando más de 10.000 fragmentos de coral gracias al apoyo de más de 125 voluntarios que han participado activamente en esta iniciativa.

El proyecto surgió como respuesta al fenómeno a nivel mundial de la muerte de corales, principalmente en Bahía Culebra, uno de los puntos más importantes para los arrecifes en Costa Rica.

En los años 90, la cobertura de arrecifes en la bahía era del 70%, pero para el 2019 se redujo a solo un 4%.

Las predicciones indicaban una posible extinción de los arrecifes de coral entre 2040 y 2050, lo que motivó la creación de esta iniciativa con el objetivo de revertir la tendencia y asegurar un futuro más sostenible.

La iniciativa comenzó con talleres de planificación y entrenamiento en técnicas de restauración, seguidos por la instalación de viveros de coral en Playa Jícaro, extendiéndose después a Playa Viradores y Playa Blanca, promoviendo la restauración ecológica a través de la jardinería de coral. También integraron viveros en las islas Pelonas.

En cinco años, el proyecto creó más de 110 viveros de coral, albergando más de 10.000 fragmentos en crecimiento. Esto permite la recuperación de la cobertura coralina entre un 15% y 20%, y aumentó la biomasa de peces y la diversidad en un 50%.

Para celebrar sus primeros 5 años de compromiso con la protección de los océanos y para destacar la importancia de la colaboración comunitaria en la preservación, el proyecto reimagina su página web para invitar a las personas interesadas a contribuir desde cualquier parte del mundo a:

  • Adoptar corales y estructuras.
  • Inscribirse a experiencias de voluntariado en los diversos procesos.
  • Donar al proyecto.
  • Monitorear sus corales adoptados.

El proyecto trabaja con cuatro de las principales especies de coral del Pacífico norte de Costa Rica: Porites lobata, Pavona clavus, Pavona gigantea y Pocillopora elegans.

Además de su impacto en la biodiversidad marina, el proyecto fue reconocido con el premio AMCHAM en la categoría ambiental en 2020 y, en 2024, como una iniciativa replicable en la conferencia de océanos “Inmersed in Change”, en Barcelona.

Juan José Alvarado, investigador del CIMAR, recordó:

Los arrecifes de coral son vitales para el equilibrio de los océanos, actuando como sumideros de carbono y protegiendo nuestras costas de la erosión. Este proyecto es clave para fortalecer estos ecosistemas para garantizar beneficios a largo plazo”.

Dado que los corales crecen aproximadamente 4 centímetros por año, el proyecto optimiza su desarrollo en los viveros, eliminando fuentes de estrés y creando condiciones favorables, lo que ha triplicado la tasa de crecimiento anual y facilitado el trasplante de corales, con una tasa de supervivencia del 83%.