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Tipo de cambio tendría un aumento moderado de 3,4% a finales de 2025.

El panorama económico de Costa Rica para 2025 anticipa estabilidad en los principales indicadores económicos: la inflación se mantendría baja, las tasas de interés podrían experimentar reducciones, y el tipo de cambio mostraría un leve incremento, aunque sin variaciones abruptas gracias al flujo constante de dólares en el país.

Javier Cortés, economista y estratega de inversiones de BN Valores, destacó las perspectivas favorables para los tres macroprecios clave de la economía costarricense. Según sus análisis, la combinación de factores internos y externos apunta a un año de estabilidad económica.

Foto: Javier Cortés.

La inflación, en particular, se mantendría por debajo del rango meta del Banco Central de Costa Rica (BCCR) en la primera mitad del año, influenciada por una baja en los precios internacionales de materias primas como combustibles y alimentos importados. Esta situación podría generar espacio para nuevas reducciones en la Tasa de Política Monetaria (TPM). No obstante, los movimientos a la baja en las tasas de interés de los Estados Unidos podrían limitar este ajuste.

Evolución de la inflación y la Tasa de Política Monetaria del BCCR (2019-2024)

Fuente: BN Valores.

Cortés señaló que, aunque se espera que las reducciones en la TPM se reflejen en las tasas de interés de los préstamos, el proceso podría ser más lento de lo habitual, como ha ocurrido con los créditos de consumo en 2023.

En cuanto al tipo de cambio, se proyecta un aumento moderado de 3,4% hacia finales de 2025, ubicándose en torno a los 527 colones por dólar según las estimaciones basadas en encuestas del BCCR. Pese a este incremento, el mercado cambiario se beneficiará del robusto desempeño de las zonas francas y del flujo sostenido de inversión extranjera, lo que ayudaría a contener presiones significativas hacia el alza en la primera mitad del año.

Evolución del tipo de cambio (2023-2024)

Fuente: BN Valores.

Sin embargo, el comportamiento del tipo de cambio podría variar si las operadoras de pensión incrementan sus inversiones internacionales ante la entrada de los fondos generacionales, lo que podría generar ciertas presiones adicionales a lo largo del año.