
La comunicación, el respeto y la inclusión son claves para garantizarles unas festividades felices.
La llegada de las fiestas de fin de año suele traer consigo sentimientos de alegría y celebración. Sin embargo, para niños y adolescentes de familias divorciadas, estas fechas pueden estar marcadas por conflictos emocionales relacionados con las dinámicas familiares post-separación. Según expertos, el impacto emocional de estas situaciones puede intensificarse durante la temporada festiva, afectando la experiencia de los más jóvenes.
Álvaro Solano Monge, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Fidélitas, explica: “La separación o divorcio de los padres siempre tiene un impacto emocional en los hijos. Durante fechas significativas como las fiestas de fin de año, sentimientos como la melancolía y la tristeza suelen intensificarse, impidiendo que los niños y adolescentes disfruten plenamente de estas celebraciones”.
Conflictos emocionales más comunes
- Sentimientos de pérdida: La imposibilidad de celebrar con ambos padres al mismo tiempo puede generar tristeza y nostalgia.
- Lealtades divididas: Los niños suelen sentirse atrapados entre los deseos de sus padres, lo que puede provocar ansiedad y temor de desagradar a alguno de ellos.
- Falta de estabilidad: La ausencia de una rutina familiar puede generar confusión y estrés, especialmente si las celebraciones varían en cada hogar.
- Presión social: Compararse con otros niños que celebran con ambos padres puede causar aislamiento y baja autoestima.
- Alteración de tradiciones: Cambios en las costumbres familiares pueden generar incertidumbre y ansiedad ante lo desconocido.
Consejos para minimizar los conflictos emocionales
- Escuche y valide sus emociones: Es importante que los niños se sientan comprendidos y que sepan que la decisión de sus padres busca el bienestar de todos.
- Cree nuevas actividades compartidas: Si es posible, propicie encuentros donde ambos progenitores puedan compartir en paz, ayudando a los niños a aceptar la separación.
- Planifique con anticipación: Establecer cómo se distribuirán las celebraciones puede reducir el estrés y la incertidumbre.
- Respete sus preferencias: Permita que los niños elijan cómo desean pasar las festividades para evitar presiones.
- Fomente un ambiente positivo: Incluya actividades recreativas que desvíen la atención de las tensiones familiares.
- Evite hablar negativamente del otro progenitor: Mantenga una comunicación respetuosa para evitar conflictos.
- Considere ayuda profesional: Si los conflictos persisten o son muy intensos, acuda a un profesional de la salud mental especializado en niños y adolescentes.
Universidad Fidélitas, reconocida por su excelencia académica, reitera su compromiso con el bienestar emocional de las familias costarricenses.