Huella Positiva es una de las iniciativas ambientales de BAC, enmarcada en su estrategia Neto Positivo.

Cada vez que una persona paga su marchamo con BAC, utilizando su Tarjeta de crédito American Express®, está contribuyendo el bienestar social y ambiental de Costa Rica, al proteger sus bosques y biodiversidad, apoyar a las comunidades locales y mitigar el cambio climático. Esto es posible gracias al marchamo Huella Positiva, a través del cual BAC destina recursos para apoyar proyectos que generen un impacto positivo en comunidades y en el medio ambiente.

La vicepresidenta de Relaciones Corporativas, Laura Moreno, explicó:

Huella Positiva es parte de una serie de iniciativas que BAC impulsa con el fin de generar un impacto a favor del medio ambiente, como lo son también proyectos como la Ruta Eléctrica, dirigida a conductores de vehículos eléctricos, y la tarjeta BIO, con la que el banco cambia el material actual de sus tarjetas por uno con menor impacto ambiental; entre otras acciones dirigidas a generar consciencia en la sociedad".

En el caso del marchamo Huella Positiva, cierta cantidad de marchamos pagados con la  la Tarjeta American Express® de BAC, se destinan fondos al Programa de Pago por Servicios ambientales (PSA), en alianza con el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo) del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE).

De esta forma, se aporta concretamente a la protección de los bosques a través de incentivos económicos brindados a propietarios de fincas privadas del Proyecto PSA Caribe, a cargo de la Dirección de Desarrollo y Comercialización, entre ellas, las que se ubican en el Corredor Biológico de Talamanca-Caribe, el cual cuenta con una gran biodiversidad, que incluye 500 especies de aves, más de 2.260 especies de plantas y una amplia variedad de mariposas e insectos, entre otros.

Además, los aportes de los marchamos Huella Positiva se destinan a mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, mediante la salud y la educación; también se fomenta el desarrollo en las comunidades indígenas y rurales como Bribri y Cabécar, en Talamanca, entre otras áreas claves del Caribe sur. Aportando de esta forma, y con el apoyo de muchas personas, a llevar prosperidad a más territorios del país.