Desde pequeños, se nos inculca que el ahorro es la base para alcanzar estabilidad financiera. Sin embargo, la inversión es un tema que muchas veces se presenta como algo riesgoso, con el miedo de que depositar nuestro dinero en bonos o acciones significará perderlo para siempre. Esto deja de lado los beneficios y el potencial que la inversión tiene para nuestro crecimiento económico personal.

Invertir es una herramienta financiera útil, que bien entendida, nos protege contra la inflación, ayuda a incrementar nuestro patrimonio personal y apoya el desarrollo de las empresas en las que se invierte, favoreciendo la expansión de estas y creando nuevos empleos.

La historia ya nos ha demostrado lo que la falta de información sobre inversión puede hacerle a la economía de un país. Un ejemplo claro es la Gran Depresión de 1929, cuando el mercado de valores colapsó debido a la especulación de personas que, en muchos casos, no comprendían del todo los riesgos y mecanismos de la inversión. Me cuestiono a veces, ¿Qué hubiera pasado si la gente de esa época hubiera tenido preparación en inversión? ¿O es acaso este evento lo que ha causado el miedo persistente a invertir? Sea cual sea la respuesta, este suceso nos deja una lección importante sobre la relevancia de educarnos en temas de inversión.

En Costa Rica, las posibilidades para que una persona promedio invierta en acciones o bonos son limitadas, y las tasas de rendimiento que ofrecen los bancos suelen ser bajas en comparación con el capital y el tiempo que requieren. Además, encontrar opciones de inversión fuera de los bancos puede ser complicado y riesgoso, ya que muchos de estos sitios no son confiables.

Si bien el ahorro es un tema presente en la vida de los costarricenses, no todos sienten que sus ingresos son suficientes para ahorrar. Según la Encuesta Financiera a Hogares (Enfiho) del INEC, solo el 16% de los costarricenses cuenta con ingresos suficientes para ahorrar, y el 49% de los hogares en el país tiene deudas, muchas de las cuales podrían saldarse mediante los rendimientos que una inversión prudente podría generar.

Las personas responden a incentivos, y uno de los grandes incentivos es la posibilidad de multiplicar el dinero a través de la inversión, lo que permitiría a la población costarricense cubrir sus gastos y tener un ingreso adicional. Fomentar una cultura de inversión en Costa Rica puede ser una herramienta para mejorar el nivel de vida, saldar deudas y, en última instancia, contribuir a una economía más próspera.

Es hora de reconsiderar cómo manejamos nuestras finanzas personales y de ver la inversión no como una actividad riesgosa, sino como una oportunidad para crecer. Fomentemos el conocimiento sobre inversión con la misma naturalidad que fomentamos el ahorro, y abramos camino hacia un país financieramente más educado y estable.

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