No hay nada positivo que decir sobre el gobierno; en cambio, sí hay mucho negativo. Este ha actuado de manera perjudicial en todos los territorios indígenas, especialmente en Salitre. Hasta el día de hoy, el gobierno no ha hecho nada por nosotros. Afirmar que ha recuperado tierras pacíficamente es una falacia.
El gobierno se impone a través de las municipalidades, involucrándose de formas que no le corresponden. Lo único que logran es reducir el tamaño de nuestro territorio, alegando que hay secciones que no forman parte de él.
Hasta ahora, no hemos visto ninguna acción positiva por parte del Estado. El Poder Judicial se ha vuelto más racista y violento cada día, y estamos experimentando un aumento en las usurpaciones y asesinatos. Este gobierno es el peor de todos los anteriores.
Por otro lado, el papel de las mujeres ha sido crucial en este proceso de recuperación. En el pueblo Bribri de Salitre, la mujer ocupa un lugar central, tanto en la cultura como en la recuperación de territorios. Somos una cultura donde las mujeres rigen el clan.
En nuestras luchas, hemos enfrentado numerosas violencias permitidas por el Estado. Las mujeres somos las primeras en participar en las recuperaciones, a veces creyendo que nuestra condición de mujeres nos hace menos vulnerables. Esto se convierte en una forma de proteger a nuestros esposos, evitando que los maten.
Como mujeres, enfrentamos una gran discriminación en los tribunales y otras instituciones, donde somos atendidas solo cuando ellos lo deciden, y a menudo tenemos que esperar horas. También sufrimos la contaminación de nuestras fuentes de agua por parte de los usurpadores.
Como recuperadoras, hemos tenido que denunciar al personal del OIJ, ya que sentimos que nos vigilan y nos dicen qué hacer, mientras se niegan a proporcionarnos la información que por ley les corresponde. A veces, los abogados nos sugieren que es mejor declararnos culpables por altercados, pero yo, personalmente, no me declaro culpable; estoy en mi territorio, defendiéndolo.
Nos privan del acceso a electricidad por ser recuperadoras; las asociaciones nos ven como si no mereciéramos ese servicio, argumentando que esas tierras no nos pertenecen. Sin embargo, somos nosotras quienes transmitimos a las futuras generaciones la enseñanza sobre las recuperaciones, que también es su derecho.
La recuperación del 80% del territorio de Salitre nos ha permitido construir estructuras fundamentales para nuestra cultura y realizar actividades como la "jala de piedra", que antes no podíamos llevar a cabo debido a la privatización de las tierras que necesitábamos cruzar. Ahora, al ser nuestras, podemos realizar esas prácticas.
Finalmente, es importante mencionar que las universidades han influido en este proceso. El año pasado, algunos estudiantes nos ayudaron con el mapeo del territorio y a visibilizar nuestra lucha en otros lugares. Sin embargo, quiero dejar claro que no estoy de acuerdo con la realización de tesis en nuestro territorio. El pueblo de Salitre nunca ha estado de acuerdo con eso. Quien quiera conocer nuestras luchas puede unirse a ellas; pero nosotros no somos animales de laboratorio para que nos investiguen.
*Ponencia realizada en las Jornadas de la Facultad de Ciencias Sociales en el panel “Diálogos con mujeres defensoras territoriales en el contexto actual de autoritarismos”, 10-9-24, apoyado por los proyectos Geografía y Diálogo de Saberes (ED-3526) y Pueblos Originarios y Universidades (ED-3622).
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