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El descenso del tipo de cambio en este período responde a factores estacionales, no a una estabilidad estructural, advierte economista de la Universidad Fidélitas.


Cada año, entre octubre y junio, el tipo de cambio del colón costarricense frente al dólar estadounidense tiende a bajar, acercándose incluso a los ₡500 por dólar. Aunque a primera vista parece una señal positiva, este fenómeno está lejos de ser un indicativo de estabilidad económica real, según explicó Malberth Cerdas, docente de economía de la Universidad Fidélitas.

El economista señala que esta dinámica obedece a factores estacionales relacionados con exportaciones agrícolas, turismo, remesas familiares y obligaciones fiscales.

Malberth Cerdas, profesor de economía, U Fidélitas. Malberth Cerdas, profesor de economía, U Fidélitas.

Factores detrás del descenso del tipo de cambio

  1. Exportaciones agrícolas
    Durante este periodo, productos como el café, banano y piña generan un flujo significativo de dólares, aumentando la oferta de divisas en el país.
  2. Turismo en temporada alta
    Entre diciembre y abril, Costa Rica recibe miles de turistas internacionales cuyos gastos en dólares contribuyen a la balanza de pagos.
  3. Remesas y obligaciones fiscales
    En diciembre, las festividades impulsan un incremento en las remesas enviadas desde el extranjero. Además, el pago de aguinaldos en zonas francas y los adelantos fiscales de las empresas generan un flujo adicional de dólares hacia el sistema financiero.

Una ilusión temporal

Aunque este descenso favorece a consumidores e importadores, Cerdas advierte que es un comportamiento cíclico, no estructural.

"Un tipo de cambio cercano a ₡500 puede ser efímero y engañoso. Este fenómeno no refleja una mejora en la competitividad del país ni una diversificación económica real. Más bien, responde a eventos temporales que se revierten después de junio", afirmó el economista.

La apreciación estacional también afecta negativamente a sectores exportadores, especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que reciben menos colones por cada dólar.

¿Qué sucede después de junio?

Entre julio y septiembre, el panorama cambia:

  • La llegada de turistas disminuye.
  • Las exportaciones pierden dinamismo.
  • Las remesas familiares se reducen.

Esto lleva a una contracción en la oferta de dólares y a un aumento del tipo de cambio, reflejando una economía dependiente de factores externos y con vulnerabilidades estructurales.

Hacia una estabilidad genuina

Para superar este ciclo estacional, Cerdas propone medidas como:

  • Expandir la base económica hacia sectores tecnológicos y de manufactura avanzada.
  • Implementar políticas cambiarias activas que suavicen los picos y valles del tipo de cambio.
  • Fomentar el ahorro en colones y reducir la exposición al dólar en la deuda de hogares y empresas.
  • Reinvertir ingresos de exportaciones y turismo en sectores que generen divisas durante todo el año.

"Costa Rica debe transformar esta aparente estabilidad en una realidad sostenida. Un colón fuerte no solo es cuestión de oferta y demanda de divisas; es una promesa de prosperidad que requiere planificación y acción estratégica", concluyó el economista.