Los podcast llevaron a Donald Trump al poder. Esta afirmación puede ser de entrada descabellada, pero en este artículo planteo por qué creo que este formato es tan importante para esta elección en Estados Unidos y las que vienen pronto en el resto del mundo. 

Los podcasts han crecido de manera explosiva desde la última elección en Estados Unidos y ahora representan una de las fuerzas más formidables y subestimadas en el nuevo entorno mediático digital”. Esta es una frase de James Marriott, columnista en The Times diario inglés, quien además resalta el agradecimiento que dio el nuevo mandatario a Joe Rogan justo después de su victoria.

Según el sitio backlinko.com, el 47% de los estadounidenses de más de 12 años escucha podcasts regularmente. Pero ¿por qué es que esto es relevante para los votantes?

De acuerdo al informe Reuters 2023 asociado a la universidad de Oxford, “Las generaciones más jóvenes, que crecieron con las redes sociales, otorgan más atención a los ‘influencer’ o a las celebridades que a los periodistas, incluso cuando se trata de informarse .

Y eso me hace preguntarme ¿por qué?, y aunque no tengo certeza absoluta, les voy a compartir algunos datos que podrían darnos una luz. 

En los últimos días varios medios han señalado que el acceso a la educación juega un papel crucial en el apoyo a Trump. Estudios recientes sugieren que los votantes con menos educación formal han sido un grupo clave en su victoria.  

Esto evidencia un divorcio entre las personas que han logrado tener su educación universitaria vs los que no han podido acceder a ella. Y es que en Estados Unidos, tener una educación universitaria representa un privilegio con frecuencia asociado a grandes deudas que los estudiantes cargan durante años. Esto ha creado una división, donde aparecer en los medios se percibe como un espacio reservado para quienes han tenido ese acceso y quienes no tuvieron el acceso a esa educación sienten que los ven “para abajo”, como personas ignorantes cuyas ideas valen menos. ¿A quién le va a gustar eso?

Otra razón que menciona The Atlantic en su artículo “La democracia muere detrás de los paywalls  es que la información de calidad de los medios ha quedado atrapada detrás de los “paywalls”, como le llaman a estas barreras que ponen los periódicos donde si no pagas no tienes acceso a la información. Esto ha hecho que las noticias se muevan por redes sociales, y que prolifere la información no verificada sin control alguno. 

Ahora ¿qué pasa con los podcast? La mayoría gratuitos, cualquiera puede iniciar un podcast: alguien como usted o como yo, con las mismas preocupaciones y experiencias, y, por lo tanto, alguien en quien confiar para entendernos mejor que a un periodista que ve el mundo desde una posición de privilegio.

Miremos el otro lado por un momento. Durante los últimos meses, los demócratas han jugado siguiendo las reglas tradicionales: anuncios televisivos costosos, una operación de campaña minuciosa en los estados clave y ejércitos de voluntarios ansiosos de tocar puertas. 

Mientras tanto, Trump optó por una estrategia inusual: una gira por los podcasts de figuras jóvenes de la cultura “anti-woke” como Theo Von, Lex Fridman y Logan Paul. Cada uno de ellos tiene una audiencia que alcanza los cientos de millones. Sin embargo, los medios tradicionales recibieron estas apariciones con asombro e incredulidad. ¿Por qué un expresidente de Estados Unidos se ponía a hablar de extraterrestres, defendiendo al exluchador Paul al asegurarle que “nunca podrían ganarle en una pelea”, o conversaba sobre los beneficios de las drogas psicodélicas con Fridman, o le hacía preguntas a Von sobre su consumo de cocaína?” mencionó Marriott en su artículo en el Times. 

Y no podemos olvidar que si bien ya estos podcast reciben millones de vistas, estas se multiplican en alcance cuando contamos las decenas de extractos cortos para consumo en redes sociales. De pronto de un solo producto se puede obtener decenas de subproductos sumamente viralizables.

Estos presentadores de podcast, a su manera, conectan con una audiencia joven, menos educada formalmente y desencantada con la política progresista. Aunque muchos comentaristas se reían de lo que parecía una estrategia extraña, pocos notaron la naturalidad con la que Trump se desenvuelve en este mundo.

Si bien es cierto Obama revolucionó la comunicación política en 2008 al centrar su estrategia en las redes sociales, con su famoso “Yes we can” que lo llevó a la Casa Blanca. Pero eso fue hace ya 16 años, y muchos de los votantes jóvenes ni siquiera recuerdan esa campaña. ¿Es posible que Trump sea quien haya innovado en esta ocasión y por eso logró llegar al poder, esta vez impulsado por los podcasts y los influencers? No me atrevo a decir que la respuesta sea sí, pero estoy seguro que fue uno de los bastiones para su triunfo.

Y en Costa Rica, ¿qué nos espera? Todavía falta un año para el inicio del periodo electoral, y ya vemos anuncios y vallas de potenciales candidatos. ¿Vamos a continuar con campañas de comerciales millonarios, de pautas invasivas de redes sociales? ¿Vamos a seguir recibiendo los SMS pidiendo el voto y prometiendo prosperidad? ¿O vamos a optar por dibujar a un candidato que nos conquiste hablando de drogas, series de tv y cosas que nos afectan en el día a día?

La verdad no lo sé, pero estoy convencido de que si los políticos y sus equipos de comunicación son inteligentes, desde ya verán que las cosas ya no son como antes.

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