Alerta sobre los riesgos de combinar productos de limpieza en el hogar, una práctica que podría generar graves efectos en la salud.
Los principales productos químicos de limpieza en el hogar son los desengrasantes, los detergentes en la parte de lavandería, los desinfectantes, quitamanchas como el cloro, el peróxido de hidrógeno, el alcohol gel, alcohol multiusos y el anti sarro de los servicios sanitarios.
Marta Mora, del Colegio de Químicos de Costa Rica, indicó:
Uno de los errores más comunes al utilizar productos químicos de limpieza en el hogar es mezclar sustancias que, en muchos casos, son incompatibles y pueden producir compuestos peligrosos para la salud”.
Según la experta, por desconocimiento, las personas suponen que, al hacer la mezcla, se obtendrá mayor efectividad para mantener limpio el hogar o los lugares de trabajo.
El Colegio de Químicos de Costa Rica asegura que una de las mezclas y errores más comunes es combinar el cloro con vinagre o con limón agrio. Esta es muy peligrosa ya que genera cloro gas.
El cloro comercial de uso doméstico es una disolución de hipoclorito de sodio a una concentración aproximada del 3%-5%. El cloro gas se libera cuando el hipoclorito de sodio se combina con ácidos como el vinagre o el limón agrio.
La exposición crónica o continua al cloro gas en bajas concentraciones puede provocar irritación e inflamación de las vías respiratorias y aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar asma y bronquitis crónica. Altas concentraciones pueden causar lesión pulmonar aguda, síndrome de dificultad respiratoria aguda, neumonía química, e incluso, en algunos casos, pueden llegar a provocar la muerte.
El Colegio de Químicos afirma que otro de los errores frecuentes es mezclar alcohol con cloro o amoníaco con cloro. En ambos casos, se producen sustancias cancerígenas que son extremadamente peligrosas para la salud.
“La reacción entre el cloro comercial (hipoclorito de sodio) y el alcohol genera cloroformo, ácido clorhídrico y cloroacetona. Estos compuestos pueden producir daños en el sistema nervioso, pulmones, riñones, hígado, ojos y piel”, afirmó Mora.
El cloroformo puede detener el diafragma y causar un paro cardiorrespiratorio; además, es tóxico para el hígado y, a largo plazo, podría provocar cáncer en este órgano. Respirar cloroformo puede causar mareos, fatiga y dolores de cabeza. Estudios de toxicidad en ratas han demostrado que provoca defectos congénitos en las crías y abortos espontáneos en las hembras gestantes.
Cuando se mezcla alcohol con amoníaco, se generan cloraminas, que son tóxicas para el hígado y pueden causar problemas pulmonares. A largo plazo, pueden provocar cáncer de hígado. También pueden irritar la piel, los ojos y en el sistema respiratorio, causar tos o dificultad para respirar. Exposiciones a niveles más altos pueden provocar edema pulmonar (acumulación de líquido en los pulmones), con una intensa falta de aire.
Mora advierte que otros errores comunes consisten en quitar las etiquetas de los productos, no leer las instrucciones y diluir con agua caliente. En este último caso, los productos pierden su efecto de limpieza al subir la temperatura de la dilución
El Colegio de Químicos recomienda aplicar los productos de limpieza con mucho cuidado, siguiendo las instrucciones de uso en la etiqueta. Se deben usar guantes protectores y, al finalizar, el usuario debe lavarse las manos con agua y jabón para eliminar cualquier residuo del producto que pueda haber quedado.
Recuerde, no hacer mezclas porque se provocan sustancias peligrosas. Al utilizar productos químicos, mantenga siempre bien ventilada la habitación o el área de trabajo para evitar la acumulación de vapores.
Los productos deben estar fuera del alcance de niños y mascotas, en un lugar seguro; evite guardarlos debajo del fregadero, que es un sitio común en los hogares. Por último, deseche adecuadamente los residuos que queden en las botellas o bolsas, y asegúrese de usar productos químicos registrados ante el Ministerio de Salud.