Fuertes lluvias y constante caída de material hacen imposible habilitar el paso de vehículos.

El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) informó que las carreteras de Cambronero (Ruta 2) y del Cerro de la Muerte (Ruta 1) permanecerán cerradas este 13 de noviembre.

Sobre el paso por el Cerro de la Muerte, la oficina de comunicación del ministerio indicó que las fuertes lluvias y constante caída de material hacen imposible habilitar el paso de vehículos. El día de mañana harán una valoración de las condiciones para abrir o no la vía.

El MOPT recordó que sigue disponible la Costanera Sur como ruta Alterna y la ruta 243 Dominical-Pérez Zeledón, para vehículos no articulados.

Respecto a Cambronero, los usuarios disponen de la ruta San José-Caldera, Ruta 27 e incluso el Monte del Aguacate.

A inicios de la presente semana el MOPT indicó que tanto la Ruta 1, Ruta 2 como la Ruta 32 (Zurquí) permanecerían cerradas de 6 p.m. a 6 a.m. durante toda la semana.

Por ahora, el paso la carretera del Zurquí se mantiene regulado. Como vías alternas las personas tienen disponible la ruta 10 (Turrialba-Siquirres), Bajos de Chilamate-Vuelta de Kooper o, solo para livianos, la ruta 126, Vara Blanca.

La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) declaró este martes el estado alerta roja para las regiones del Pacífico Sur, Pacífico Central y Pacífico Norte, debido al patrón de lluvias intensas que continuará afectando el territorio nacional.

Las regiones del Valle Central, Zona Norte y Caribe Norte se mantienen en alerta naranja, mientras que el Caribe Sur permanece en alerta amarilla.

Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), la Zona de Convergencia Intertropical persiste sobre Costa Rica, generando humedad constante y precipitaciones a lo largo de todo el país.

El pronóstico meteorológico detalla que las lluvias serán continuas y de intensidad variable, con aguaceros cortos y bancos de niebla en la costa del Pacífico y en llanuras del Caribe y la Zona Norte. Las montañas y el Valle Central experimentarán lluvias débiles a moderadas, lo que mantiene el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra, especialmente en sectores saturados de agua.