Václav enfrentó el terrorismo de estado comunista de la URSS y María Corina enfrenta el terrorismo de estado chavista de Maduro. Václav construyó y disfrutó el triunfo de la democracia en su nación europea. María Corina construye y disfrutará del triunfo de la democracia en la querida Venezuela.
El Premio Václav Havel de Derechos Humanos de la Asamblea del Consejo de Europa distingue a actores de la sociedad que realizan acciones extraordinarias en defensa de la libertad, la dignidad y los derechos fundamentales de las personas. Se estableció para conmemorar la lucha extraordinaria de Havel para alcanzar la libertad de checos y eslovacos.
El correspondiente a 2024 fue con inmensa justicia conferido el pasado 30 de setiembre a María Corina Machado.
De esta manera se unen simbólicamente Havel y Machado, dos personas a las que ya hermanaba la historia de sus efemérides.
Theodoros Rousopoulos, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa al entregar el premio a Ana, hija de María Corina que vive en el exilio separada de su madre, indicó que el Consejo de Europa “está al lado de quienes arriesgan su vida para hacer que nuestras sociedades sean más democráticas y justas”. La historia de María Corina ha estado consagrada a esa tarea con enorme entrega y sacrificio personal.
Václav Havel nació en Checoslovaquia en 1936, de una familia con recursos, cuando su país era la única democracia europea al este de Suiza, pero cuando iniciaba sus estudios universitarios tuvo dificultades por su origen familiar porque ya imperaba la dictadura comunista. A pesar de esas difíciles circunstancias pudo con gran esfuerzo estudiar economía y arte dramático y logró establecerse como dramaturgo exitoso.
Inició su valiente lucha por la dignidad y libertad de sus compatriotas ya en 1968 durante la Primavera de Praga, y su oposición a la invasión soviética llevó a que sus obras fuesen prohibidas. Fue encarcelado en varias ocasiones por su defensa de los derechos humanos en la década de 1970 y de 1979 a 1985 estuvo prisionero.
En 1989 las voces en favor de la libertad y los derechos humanos, de una economía competitiva y de la propiedad privada de los medios de producción tomaban fuerza detrás de la Cortina de Hierro. Gorbachov desde Moscú propugnaba por cierta liberación política, glasnost, y por la restructuración económica, perestroika. En Polonia se elegía un gobierno no comunista y entraban a formar parte del gabinete miembros del sindicato independiente Solidaridad, en Hungría se reivindicaba el levantamiento de 1956 que había sido cruelmente aplastado por la invasión del ejército y los tanques soviéticos.
Havel fue el dirigente del Foro Cívico que inició la presión para que se diera cambios en el Gobierno y el Partido Comunista de Checoslovaquia que se mantenían en la línea dura de la dictadura estatista, a pesar de los cambios en Rusia y en las demás naciones del bloque de Europa Oriental salvo Rumania.
La insatisfacción popular se manifestó en una huelga general. Václav Havel en medio de la tirantez y de renuncias y cambios en la dirigencia comunista pudo realizar su primer discurso por la televisión. La Revolución Terciopelo estaba en marcha y en pocas semanas Havel accedió a la Jefatura del Estado.
Václav fue presidente de Checoslovaquia desde fines de 1989 hasta mediados de 1992 y después de la separación de la República Checa y de Eslovaquia fue presidente de la República Checa de 1993 a 2003 cuando renunció por razones de salud.
María Corina es hija de una familia también con riqueza como la de Havel. Se graduó de ingeniera industrial, cursó finanzas, y fue profesora universitaria. Casó y es madre de tres hijos.
A los 25 años empieza una activa participación de apoyo social y en 2001 inicia una actividad cívico-política estableciendo la ONG SUMA para determinar los fraudes electorales y asesora la convocatoria al referéndum revocatorio de 2003.
En 2005 ya es considerada una de las más coherentes adversarias del chavismo y enfrenta cargos de subversión por su participación en actividades político-educativas no partidistas.
En 2010 es electa parlamentaria con la mayor cantidad de votos en todo el país. En 2012 enfrenta frontal y valientemente a Hugo Chávez durante la presentación de su informe al Congreso, lo que vuelve a destacar su vigor y su capacidad. En 2014 se le suspende su condición de diputada, y en 2015 la Contraloría la inhibe de poder postularse a cargos públicos por un año. En 2023 el Contralor entonces y actual Presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso de nuevo inconstitucionalmente la inhabilita por 15 años.
Lo que sigue es su segunda precandidatura presidencial (había participado como tal en 2012), su avasallador triunfo con más del 92% de los votos en las primarias de 2023.
Violando los acuerdos previos al proceso electoral la dictadura de Maduro la inhabilita para que no pueda ser candidata a la Presidencia. Pero María Corina no ceja en su lucha, y con enorme desprendimiento y capacidad logra unir a la oposición con la candidatura de Edmundo González. Sigue incansable en su lucha y vence todas las casi insuperables trabas a las que la dictadura de Maduro la ha sometido hasta llegar al golpe de estado del pasado 28 de julio, cuando se robaron la elección.
María Corina con su capacidad y previsión es la autora del sistema de control electoral que ya había iniciado desde 23 años antes de estas elecciones con SUMA, y que ha permitido a la oposición venezolana demostrar con las actas de las mesas de votación el triunfo inobjetable de su candidato Edmundo González.
El camino ha sido lleno de sacrificios personales, de amor a su patria y de incansable actividad con su gente en todos los rincones de Venezuela. Por amor a su país no salió al exilio, pero tuvo que enviar al exterior a sus tres hijos, que se graduaron lejos. María Corina con inmenso dolor no pudo asistir a sus graduaciones, pues además de que arbitrariamente tiene prohibición de salir de su patria, es claro que si sale no la dejarían regresar. Como ella ha dicho: “no sale por los hijos de sus hijos y por los hijos de todos los venezolanos”.
Vive oculta en su patria, amenazada por la cruel dictadura que después de las elecciones ha matado a más de 25 personas por participar en las pacíficas manifestaciones, ha herido a centenares y encarcelado a más de 2000.
Václav y María Corina son ejemplo de apóstoles de la libertad.
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