Leía en las noticias que algunos diputados pedían al Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) cuestionar la permanencia de la señora Rocío Aguilar Montoya como jefa de dicha institución.

Esto me generó risa, ya que la memoria en Costa Rica es corta, y los errores parecieran ser motivo de premio.

2018

Lo digo con conocimiento de causa, ya que en el año 2018, cuando era presidente de la Asociación Nacional de Fomento Económico, pedimos la renuncia de la señora Aguilar Montoya por razones que consideramos graves.

En aquel momento, señalamos que Hacienda había hecho uso de 182.000 millones de colones sin tener contenido presupuestario para pagar el servicio de deuda pública.

Incluso fue noticia pública en su momento. En lenguaje popular, la señora giró dineros sin tener la aprobación de quien debía darla (Asamblea Legislativa), violentando la Constitución Política.

¿Resultado para los que creemos que la letra de la Constitución es sagrada? Absolutamente nada. Resultado negativo para la señora Aguilar Montoya, renunciar a su cargo como minstra de Hacienda, para años después ser nombrada por Conassif para los puestos que actualmente  ostenta.

2024

Hoy, seis años después, algunos diputados parecen descubrir que parte de su labor es cuestionar la forma en que se manejan las instituciones y cuestionar cuando la labor de alguna no parece dar la talla.

Un poco tarde, digo yo, ya que van por lo menos tres instituciones financieras intervenidas y miles de afectados, situaciones que quizás podrían haber sido evitadas.

Segunda República

Pero es que en la llamada Segunda República de Costa Rica, en algunos casos uno pensaría que existe un secreto para avanzar en ciertos cargos públicos. No decimos que sea el caso de la señora Aguilar Montoya, pero aprovechamos para comentar.

Así, el primer paso parece ser, conocer a las personas correctas que te ayuden a escalar en la política. Esto es vital, ya que estas personas y sus amigos en el futuro, pueden ser los que hagan la diferencia para obtener un cargo o te impulsen a otros nuevos.

Pero para eso, la persona elegida para el puesto, debe ser un buen empleado, ya que no debe olvidar a sus amigos que “impulsaron” su nombramiento.

Finalmente, el elegido debe tener principios "fluidos", es decir, adaptables según las circunstancias. Así, la persona electa debe ser capaz de sostener dos ideas contrarias en la mente como ciertas al mismo tiempo.

Por ejemplo, si X está haciendo Y, y Y no es correcto, pero X es amigo; eso se debe dejar pasar, dado que al ser X amigo, automáticamente lo que esté haciendo es bueno.

Los de la Granjade Zapote

Así, cuando algunos de la llamada oposición señalan al señor Chaves y sus amigos, con razón en la mayoría de los casos, bien harían en verse también en el espejo.

Digo, si mañana ellos estuvieran a cargo y la Segunda República siguiera tal cual, no faltará algún oportunista que podrá señalar muchas de las falencias que el presidente menciona, para obtener un beneficio electoral.

Les doy una pista: el problema nunca ha estado en quienes son electos, está en la manera en que funciona el sistema que los elige.

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