El Benemérito Cuerpo de Bomberos (BCB) es una institución de orgullo nacional. Sus valientes miembros protegen y ayudan a la población ante eventos riesgosos y lamentables que nadie quiere experimentar.

Al momento de acordarse la apertura del mercado de seguros, la Ley Reguladora del Mercado de Seguros estableció como uno de sus objetivos “asegurar el financiamiento y las condiciones necesarias para la adecuada prestación de servicios por parte del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica”. Para ello se estableció el deber de las aseguradoras de girar al Fondo del BCB el cuatro por ciento (4%) de las primas de todos los seguros que se venden en el país.

Este afortunado cambio trajo una necesaria bonanza a las finanzas del BCB. Se han modernizado equipos, se han reemplazado unidades, se han modernizado edificios, en fin, se cumplió el objetivo de la ley en cuanto al BCB. No obstante, escándalos noticiosos de los últimos años dan la impresión al ciudadano que puede existir quizás un exceso de recursos y que posiblemente el BCB no requiera, en este momento actual, el 4% de un mercado que ha venido en constante crecimiento desde el año 2009.

Precisamente hemos observado proyectos recientes en sede legislativa, en donde se busca redistribuir ese 4% de forma tal que no se desproteja al BCB, pero que se pueda financiar o apoyar a otra institución o proyecto.

Por ejemplo, el proyecto de ley 24.463 propone reducir el monto de un 4% a un 3%, y trasladar ese 1% al Comité Olímpico Nacional para fortalecer el financiamiento del deporte de alto rendimiento, y el proyecto de ley 24.518 propone igualmente reducir en un 1% el monto actual del BCB y girar ese 1% a la mejora de la seguridad pública en el país.

Ambos proyectos parten con una intención correcta: la redistribución y no el aumento del 4% actual. El mercado de seguros ha crecido producto de esfuerzo de múltiples participantes, Sugese, y los consumidores en general, pero sería un error asumir que el mercado “aguanta” una carga más en su precio. Es previsible una fuerte oposición del BCB a cualquier reducción del 4% actual y por ello insisto que el punto correcto en congreso debe ser siempre el análisis de redistribución del monto existente y no el cambio del monto en sí.

Ahora bien, de ambos proyectos y partiendo de una adecuada rendición de cuentas me inclino a favorecer el 24.463 ya que generaría un cambio positivo en la población deportista, población que usualmente es aplaudida en sus victorias pero olvidada en el tiempo restante. Es decir, una injusticia histórica. Adicionalmente, sabemos de múltiples proyectos pasados que buscaban financiar la “seguridad pública” y terminaron en otros destinos, como el muy famoso impuesto a las sociedades.

Sin embargo, independientemente del proyecto, quiero hacer un vehemente llamado a los congresistas a corregir una injusticia histórica mucho mayor a la indicada. Basta pensar, ¿cuál institución está siempre presente en los accidentes y emergencias del país, y usualmente está en necesidad continua de recursos? La respuesta todos la conocemos: la Benemérita Cruz Rojas Costarricense.

En mi criterio ojalá esta injusticia pueda ser corregida por los congresistas en los proyectos actuales que se analizan en sede legislativa o bien en un proyecto nuevo.

La Cruz Roja lo merece, el país lo merece. ¡A resolver!

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