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Las microrredes son una fuente autosuficiente de generación de energía que beneficia a industrias y a regiones rurales donde el acceso a la energía es limitado.

Las crecientes inversiones en energía renovable en la búsqueda por reducir la huella de carbono en el medio ambiente, están impulsando el mercado de microrredes en el mundo.

A la demanda que existe por energía limpia, se le suma la necesidad de tener una fuente autosuficiente de generación de energía en momentos de crisis o de desconexión de la red. Estos dos factores influyen en el crecimiento del mercado de microrredes que para este año se estima llegue a los 15,92 mil millones de dólares. Un crecimiento que se mantendrá sólido en los próximos años y que podría llegar a los 38,12 mil millones de dólares en 2029, según un reporte de Mordor Intelligence.

En esta dinámica del sector, hay unos jugadores que están teniendo un rol cada vez más importante: los prosumidores. Es decir, aquellos que consumen energía eléctrica y además la producen.

Los prosumidores han encontrado grandes beneficios en las microrredes ya que estas permiten la descentralización de la red eléctrica principal. Con los sistemas de microgrids se puede controlar cuándo se consume energía de la red principal y cuándo de la propia generación. Este uso eficiente de la energía puede resultar en ahorros significativos, especialmente en países en donde se emplean tarifas horarias.

Esto genera beneficios sobre todo cuando se dan cortes energéticos en las redes eléctricas principales, que causan interrupciones en la producción de las industrias y en sectores críticos que dependen de la energía eléctrica para funcionar. La fiabilidad y resiliencia que brindan las microrredes, posibilitan el que se almacene energía en sistemas de baterías para ser utilizados posteriormente.

Los beneficios no solo se dan a nivel de industrias, sino en regiones rurales donde el acceso a la energía es limitado o en lugares donde la infraestructura de la red es débil y los cortes energéticos son frecuentes.

El director de Ventas a Canales para Schneider Electric, Tomás Vázquez, explicó:

En el sector de industria y manufactura, su producción depende completamente del suministro eléctrico, por lo que requiere continuidad y confiabilidad del sistema. En el segmento de Alimentos y Bebidas, por ejemplo, una interrupción de la red principal puede repercutir en las cámaras de refrigeración afectando la calidad del producto final y generando pérdidas económicas para la empresa”.

Y por otra parte asegura que en zonas rurales o islas donde el acceso a la energía es complicado, la implementación de microgrids o microrredes abastece a las comunidades de esas áreas y les garantiza el acceso a servicios básicos.

La alta demanda de energía y las variaciones climáticas influyen y seguirán haciéndolo en el futuro en la dinámica del mercado eléctrico en regiones como Centroamérica. La implementación de microrredes se presenta como la solución óptima que garantiza y garantizará la continuidad y eficiencia del sistema.

Las industrias o consumidores que deseen tener un rol más activo y pasar a ser prosumidores, pueden implementar este sistema de acuerdo con sus necesidades energéticas, a su ubicación, a la estabilidad de la red que requieren, así como a las condiciones económicas y ambientales.

El director de Ventas a Canales para Schneider Electric, añadió:

Existen tres tipos de microrredes: las que están conectadas a la red, las que son aptas para islas y las que están sin conexión a la red principal. Esta última es recomendable en zonas de difícil acceso en donde la red eléctrica principal no llega o es muy costoso llevarla. Mientras que la que está conectada a la red principal es recomendable en momentos donde se requiere optimizar la factura eléctrica y la huella de sustentabilidad”.

En este sentido, Schneider Electric, líder de la transformación digital de la gestión de la energía y la automatización, ha incorporado la solución de microrredes como una medida innovadora que contribuye al medio ambiente. A través del EcoStruxure Microgrid Advisor (EMA) se puede dar seguimiento al desempeño de los recursos energéticos distribuidos y cargas de energía en el sitio para optimizar el rendimiento de sus instalaciones. Mientras que el EcoStruxure Microgrid Operator (EMO) facilita el control y la automatización de las microrredes, permitiendo una gestión inteligente de todas las fuentes de energía, ya sean renovables o convencionales, y optimiza el uso de los recursos para reducir costos y minimizar las emisiones de carbono.

“También tenemos un sistema de almacenamiento o BESS, que son baterías de alto rendimiento que permiten mejorar la estabilidad o resiliencia de la red”, puntualiza Vázquez.