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Fomentar un uso equilibrado y consciente de la tecnología es fundamental y es responsabilidad de los padres.

El uso excesivo e indiscriminado de dispositivos electrónicos puede tener varios impactos negativos en la salud mental y física de los menores de edad. Reconocidas entidades como la Organización Mundial de la Salud, la American Psychological Association, American Academy of Pediatrics y Journal of Behavioral Addictions han señalado que entre sus efectos están los trastornos del sueño, problemas con la visión, sedentarismo, obesidad, estrés, ansiedad, depresión, problemas de atención, inadecuado desarrollo de habilidades sociales y la afección del desarrollo del lenguaje, la capacidad de lectura y la memoria.

La creciente dependencia que tenemos hacia los dispositivos electrónicos en nuestra vida diaria, especialmente los niños y adolescentes, plantea serios desafíos a las familias, señaló Josué Sánchez, director de la Escuela de Educación de Universidad Fidélitas. Por eso, es importante encontrar un equilibrio entre el tiempo frente a la pantalla y otras actividades para promover un desarrollo saludable, agregó.

Algunas recomendaciones del especialista son:

  1. Procure límites claros y consistentes en el uso de dispositivos electrónicos. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que los niños de 6 años en adelante no pasen más de dos horas al día frente a pantallas de entretenimiento, refirió Josué Sánchez,.
  2. Establezca áreas de su hogar donde los dispositivos electrónicos estén totalmente restringidos como comedores, dormitorios o momentos especiales de familia, pues esto promueve la interacción familiar y los relaja para tener un sueño reparador, según el  Pew Research Center.
  3. Practique la coherencia. Los encargados y cuidadores deben ser modelos para el uso apropiado de la tecnología. Un estudio de Common Sense Media muestra que los padres que reducen el tiempo que pasan frente a la pantalla y realizan actividades fuera de línea con sus hijos pueden tener un impacto positivo en el comportamiento digital de sus hijos.
  4. Fomente actividades lejos de pantallas como el ejercicio, la lectura, el arte y los juegos de mesa. Un informe de la Universidad de Harvard enfatiza que las actividades físicas y creativas contribuyen al desarrollo cognitivo y emocional de los niños.
  5. El uso de aplicaciones de control parental permite a los adultos monitorear y limitar el uso de dispositivos electrónicos, el acceso a determinados contenidos y a establecer políticas de uso, lo cual ayuda a garantizar una utilización segura de la tecnología, según la Universidad de Oxford.
  6. Enseñe a los niños a establecer sus propios límites y tomar decisiones informadas sobre el uso de la tecnología, esta habilidad, señala un artículo de la revista Pediatrics, les ayuda a gestionar sus emociones y el uso del tiempo.
  7. Además, recuerde que la permanente comunicación asertiva y cercana con los menores es clave para encaminarlos durante su crecimiento.

“Aunque llevar a cabo este control requiere de perseverancia y compromiso, es responsabilidad del adulto el crear un entorno equilibrado y seguro para el menor. Aclaro que el objetivo no es eliminar por completo el uso de la tecnología, sino integrar la tecnología de manera que apoye el desarrollo y bienestar de todos los miembros de la familia”, enfatizó el profesional en educación.