La brigada de bomberos forestales del Territorio Indígena Salitre existe desde 2017 y trabaja de la mano del SINAC y otros aliados.
Abigail Rodríguez, una joven indígena del territorio de Salitre, recuerda que en su niñez y en parte de la adolescencia, la época seca siempre era sinónimo de grandes e intensos incendios.
Las llamas afectaban a las personas y a toda la biodiversidad presente en la zona. Salitre es uno de los territorios indígenas de la zona sur del país que colinda con el Parque Internacional La Amistad (PILA).
En parte por esto, es un área donde transitan y conviven muchas especies silvestres como el jaguar, el manigordo, el puma, la danta, el cabro de monte, el venado, el tepezcuintle, las guatusas, aves, serpientes, ranas y mucho más. Es decir, una zona de gran relevancia para la conservación de estas especies.
"Siempre, en todos los veranos, usted iba a ver eso sumamente quemado y no era solamente como: Ah, mira la sábana se quemó...sino como toda la biodiversidad que hay en esta sabana se quemaba ". Abigail recuerda que veía a los animales huyendo de las llamas, buscando refugio. "Las casitas de los animales se queman", menciona, “como dicen los niños y las niñas”.
Algo cambió en el 2017. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) y el Área de Conservación La Amistad Pacífico (ACLAP), conscientes de que los incendios eran de las principales amenazas para el PILA y que el fuego que iniciaba a sus alrededores muchas veces terminaba adentro del parque, entendieron la necesidad de trabajar de la mano con las comunidades rurales campesinas que están al lado y de los territorios indígenas, respetando su cosmovisión.
Por eso, en el marco del programa de bomberos forestales voluntarios, hace siete años se creó la Brigada de bomberos forestales del Territorio Indígena Salitre. Al día de hoy está compuesta 10 personas, seis hombres y cuatro mujeres, de diferentes generaciones. Abigail, por ejemplo, tiene 26 años.
Del 2017 hasta la actualidad nos hemos ido capacitando en diferentes áreas que se requieren, sí o sí, para poder tener mejores herramientas tanto a nivel teórico como práctico para poder hacer una correcta mitigación del fuego principalmente en época de verano".
La coordinación cuando se detecta un fuego, suele darse a través de un grupo de WhatsApp que comparten y en caso de alguno no tenga internet, el llamado se hace verbalmente "mira hay un incendio... hay que ir a supervisar cómo está".
El sitio de reunión suele ser la ADI de Salitre porque ahí tienen una bodega donde están las herramientas y el equipo que poseen. Una vez ahí, una persona, que hizo el chequeo previo de la alerta, les comenta sobre el estado y les adelanta lo que se encontraran.
Cuando se da un fuego inicial, llegan al sitio y procuran que no se propague. Cuando el fuego es extenso, evalúan la situación porque en los meses más secos las fuentes de agua como ríos pueden secarse.
Otra variable es la lejanía de donde se de la emergencia, el Territorio Indígena Bribrí de Salitre está compuesto de 11.700 hectáreas. Rodríguez mencionó que lo que hacen es estudiar el entorno para usarlo como herramienta.
Además, considera que el cambio climático también contribuye a que los incendios sean más intensos y, por ende, difíciles de controlar cada vez más.
El verano pasado estuvimos hasta las 2-3 de la mañana apagando incendios. Quedan en puntos tan distantes (los incendios) y de tan difícil acceso que tampoco se nos hace tan viable devolvernos y decir «bueno, mañana volvemos» porque es toda una logística de preparar recursos, humanos, económicos y también alimentación".
Abigail recuerda que la brigada es de personas voluntarias, a nadie se le paga, por lo que la mayoría tiene trabajos y deben rotar. Si una emergencia los sobrepasa, conversan con el personal del SINAC en busca de refuerzos.
Ellos siempre están atentos, tal vez se les dificulta venir, pero siempre están atentos. Preguntan ¿cómo va el incendio? ¿Lo pudimos controlar?".
Héroes y heroínas silenciosas
El director regional del ACLAP, Ronald Chang Fonseca, detalla que antes, durante la temporada de incendios forestales, que suele ir de diciembre a abril, el cantón de Buenos Aires solía estar en alerta roja constantemente.
Por ejemplo, resalta que en 2009 o 2010 se quemaron cerca 3.000 hectáreas de sabana en territorios indígenas, y ahora llegan a solo cientos de hectáreas. En el PILA, especifica que este año de área protegida quemadas registraron cerca 15 hectáreas en potreros, pero antes eran de hasta 200 hectáreas quemadas.
Chang describe a la brigada de Salitre como los "héroes y las heroínas muchas veces silenciosas". Resalta que se trata de personas jóvenes, mamás, papás, personas maduras que donan "su esfuerzo, su tiempo, su aprendizaje y su conocimiento en función de atender una de las amenazas más grandes que tiene el Parque Internacional la amistad y las áreas protegidas que administra el SINAC, como son los incendios forestales".
Anteriormente SINAC tenía que detectar con satélites o llamadas y teníamos un tiempo de respuesta que a veces pueden ser de horas, hasta días.... hoy por hoy ellos se tienen toda la capacitación y formación para poder ir de inmediato, atender el incendio forestal y más bien estar los reportando, si ellos requieren colaboración".
Puntualiza que en el PILA tienen a un funcionario destacado, específicamente en el Programa de Manejo del Fuego, y parte de su rol de trabajo es concretar todas las sesiones que sean necesarias para articular con las comunidades. En el caso de Salitre trabaja mínimo una vez al mes, en reuniones y actividades de capacitación y entrenamiento.
Además, en su labor está la detección de problemas con los equipos, como una manguera rota, para el posterior mantenimiento. Chang Fonseca destacó que las personas brigadistas del territorio tienen el equipo para atacar los incendios como motobombas y demás equipo especializado.
Actualmente parte del equipo proviene de un proyecto público-privado denominado “Convivencia con la vida silvestre y prevención de incendios forestales”, que estableció el SINAC con la multinacional de bebidas Grupo AJE. En este caso la empresa ofreció el equipamiento que incluye vestimenta especial y máscaras contra humo, lo que les permitirá controlar los incendios incipientes de forma segura.
Fernando Matheu, jefe de Sostenibilidad de Grupo AJE en Centroamérica, afirmó que compartiendo con vecinos aledaños al PILA se enriquecieron de la relación que tienen con la naturaleza, pero también notaron los problemas que enfrentan.
Podemos seguir fortaleciendo la Brigada, podemos seguir fortaleciendo todas las medidas que protejan a la fauna en esas interacciones que puedan haber con la población en la zona de amortiguamiento”.
Las duras condiciones para enfrentar los incendios forestales, hacen que este trabajo ad honorem no sea para todos. Chang Fonseca añadió que en ocasiones las personas deben caminar hasta seis horas, por lo que se requiere de mucho esfuerzo.
Ahí hay horas de horas de preparación, cursos, porque no es solo el curso de básico de incendio forestales o el de comando de incidentes, o el uso efectivo del agua. Es una preparación enorme, de pasar una serie de cursos para tener un nivel estándar.
A parte de eso tienen que tener una buena condición física. "Ya ellos tienen una capacidad tanto mental como física para llegar al manejo de incendios", resaltó.
Todo por el territorio
El director del ACLAP reiteró que las personas brigadistas dan todo por la biodiversidad y por su territorio.
Abigail Rodríguez, destacó que en el tiempo cuando los incendios van a la baja, tienen un enfoque educativo y de prevención. Dan talleres ambientales a niños y niñas en diferentes escuelas del territorio y les brindan un insumo teórico-práctico en busca de un proceso de sensibilización ante las causas y las consecuencias que puede tener un incendio en el territorio y en sus comunidades.
Asimismo, buscan que los menores transmitan ese enfoque preventivo en sus familias y así evitar las quemas provocadas o no dejar vidrios tirados.
Al menos desde el territorio siempre hemos visto el vínculo; la naturaleza nos cuida a nosotros y nuestro deber es cuidarla a ella. Si no hay naturaleza, no estamos nosotros. No podemos pretender que la naturaleza solo nos de recursos, sin nosotros tener ese equilibrio y, dentro de ese equilibrio, está prevenir incendios".
Jenny Ortiz Figueroa, presidenta de la ADI de Salitre, comenta que para ser parte de la brigada las personas tienen que ser indígenas, habitantes del territorio, ya que es una regla general en todos los grupos de participación comunitaria. A lo largo del tiempo las personas voluntarias van cambiando, debido a que algunas personas se van del territorio o deben dedicar más tiempo a temas personales.
Ella espera que en algún momento puedan tener más recursos y que se lleguen otros agentes externos para poder tener un vehículo y que la brigada se desplace más cómodamente.
Por ahora, los brigadistas y su trabajo son motivo de orgullo en Salitre, confirma Ortiz Figueroa.
Nosotros nos sentimos muy orgullosos de decir: "mira tenemos estos muchachos y estas muchachas que se esfuerzan, que sacan de su tiempo y realizan una gran labor de prevención" porque ellos hacen igual dan charlas preventivas en escuelas. Pero el trabajo más duro que le corresponde es ir a apagar los incendios. No cualquiera saca de su tiempo para ir".