Investigadora propone una serie de contenidos y metodologías para garantizar la dignidad menstrual en centros educativos.

Una investigación realizada por Ana María Rodríguez Pereira, estudiante de la Maestría Académica en Desarrollo Sostenible de la Universidad de Costa Rica (UCR), plantea la necesidad de incorporar la educación menstrual en los programas educativos del país.

Su trabajo final de graduación, titulado "Propuesta de educación menstrual al sistema educativo costarricense", desarrolló una propuesta curricular con el fin de promover el conocimiento y la autonomía corporal de las personas que menstrúan.

Ana María Rodríguez Pereira realizó la investigación en el programa de posgrados de la Universidad de Costa Rica. Fotografía: UCR

La menstruación, un proceso natural y vital para la mitad de la población, ha sido históricamente invisibilizada y rodeada de tabúes en la sociedad costarricense. Esta situación ha generado un profundo desconocimiento sobre el funcionamiento del cuerpo y las necesidades de quienes menstrúan, perpetuando la violencia y vulneración de derechos, recordó la UCR en un comunicado a la prensa.

Rodríguez Pereira comentó:

No es posible lograr un desarrollo sostenible sin considerar la salud menstrual como un tema de salud pública. En Costa Rica, el derecho a una educación de calidad es vulnerado por el acceso nulo o insuficiente a la educación menstrual”.

Brechas en educación menstrual

El proceso de la investigación contempló un diagnóstico de la educación menstrual en programas del Ministerio de Educación Pública (MEP), una consulta a 391 personas sobre conocimientos y experiencias menstruales, y grupos focales con 34 personas de diferentes sectores que brindan esta educación.

Los hallazgos confirman que la experiencia menstrual está marcada por el androcentrismo (visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino), la mirada patriarcal sobre los cuerpos de mujeres y personas que menstrúan, el relato construido desde una situación de poder por quienes no menstrúan, y el desconocimiento del cuerpo como violencia histórica.

A partir de esas brechas detectadas, Rodríguez propuso una serie de contenidos y metodologías divididos en cuatro módulos:

  • Corporalidad de quienes menstrúan.
  • Ciclo menstrual y hormonal.
  • Productos menstruales. 
  • Justicia menstrual.

Cada módulo incluye contenidos temáticos, referencias bibliográficas y audiovisuales gratuitas, ejercicios para diferentes ámbitos y recomendaciones para garantizar la dignidad menstrual en centros educativos. La investigadora continuó:

Dentro de cada módulo hay un contenido temático, referencias que incluyen textos, libros, artículos, videos de acceso gratuito. También tiene ejercicios para la escuela, a nivel individual, familiar y comunitario, para que sea adaptable a la realidad de cada persona".

Rodríguez visualiza un futuro con educación menstrual de calidad, donde la menstruación deje de ser un tabú y se garantice el acceso a productos gratuitos y baños dignos en centros educativos.

Además instó a las autoridades a actuar en su rol de coordinación y generación de contenidos para avanzar en este tema urgente, base para la autonomía corporal y el autoconocimiento.

Garantizar educación menstrual no es nada difícil, solo es un trabajo pendiente. Existe mucha disposición, pero no siempre hay voluntad o capacidad técnica. Lo que hace falta es que las instituciones y autoridades actuales activen la maquinaria para avanzar en este tema urgente".

La estudiante espera realizar próximamente una presentación de su investigación a la comunidad que participó y al MEP, con el objetivo de impulsar la adopción del programa curricular propuesto. Además, espera continuar impulsando la incorporación de contenidos sobre menstruación en las carreras universitarias y en el sistema educativo público.