Este artículo lo escribo desde la Ciudad de Panamá, nuestro hermano país vecino, con una cultura alegre, caribeña, con olor a mar y a carnaval. Cuando llegas a un lugar y saludas con un Pura Vida, el cambio positivo en el semblante de la gente panameña es impresionante. Mejor herencia no nos pudo dejar el famoso actor mexicano Clavillazo. En abril 2018 corrimos una encuesta preguntando a la gente los valores reflejaban el Pura Vida, el 41% indicó que representaba el “Bienestar” y 10% “Alegría”. Un país próspero no es solo aquel en el que se crea riqueza económica, es uno en donde su población vive en un estado de bienestar integral. Luego de 1948 Costa Rica ha sido un país pionero en el desarrollo exitoso de políticas públicas que promovieron durante décadas el “Estado de bienestar” y que dieron como resultado el bienestar de las personas.
Como investigador y ciudadano, guiado por conversaciones con personas extraordinarias de diferentes países y disciplinas, es que llegamos en Borge y Asociados a elaborar un estudio sobre el #Wellness o #Bienestar y en este caso específico el “Bienestar Individual”. Según el National Wellness Institute (NWI) de los Estados Unidos el Wellness o Bienestar es en sencillo “Funcionar o actuar de manera adecuada en el entorno en que vivimos”, pero, para llegar a esto se debe fortalecer diferentes aspectos, en el caso de NWI se plantea enfocarse en seis pilares; el bienestar espiritual, físico, intelectual, laboral, emocional y social.
Si el Pura Vida es una “frase de luz” o como decía al inicio transmite “bienestar” ¿por qué no es tan palpable en nuestra cotidianeidad ese bienestar?; nuestra tesis es que en Costa Rica, un grupo de la población no la está “pasando bien” en su individualidad, su familia y su comunidad; por lo tanto no pueden moverse hacia el bienestar integral, porque el desequilibrio en uno o varios de los seis pilares del bienestar es tan fuerte que no les permite avanzar.
Este nuevo abordaje de diagnóstico socioemocional permite entender como la individualidad irradia hacia la sociedad y el entorno en el que vivimos. Como dije al inicio, el Pura Vida cambia radicalmente el ambiente en el que nos desenvolvemos, pero luego de revisar los resultados del estudio, a la luz del clima general de opinión pública surgen muchas hipótesis ¿Estamos realmente tan bien como decimos? Según la gente encuestada, en lo individual debemos priorizar la espiritualidad (41,8%) y muy atrás lo emocional (18,8%); a nivel país debemos priorizar también la espiritualidad (48,6%) y luego lo laboral (22%). Al citar la espiritualidad le pedimos a la gente que respondiera la luz de los conceptos del NWI y que en el caso de “espiritualidad” se leyó como “es cuando una persona aprende a vivir cada día de su vida siendo coherente con sus valores y creencias, así como respetando los valores y creencias de los demás”; en esencia estamos hablando de la “regla de oro”: “tratar a los demás, como me gustaría ser tratado”.
En esta encuesta, el bienestar laboral en términos individuales es en el que “menos bien” dicen sentirse el 53,6%, mientras que el bienestar espiritual es en el que “más bien” se sienten según el 82,8% de los encuestados. Posteriormente el bienestar social de las personas es percibido como el tercero en donde mejor se sienten según el 68,6% de las personas encuestadas, dicho lo anterior el bienestar individual pleno lo logran las personas que por sus acciones logran un equilibrio consciente entre sus valores, creencias y acciones, cosa que desde el análisis de los resultados de la encuesta, permite concluir que en la individualidad se percibe un estado de bienestar adecuado pero que debe ser fortalecido, especialmente en lo espiritual.
En conclusión y desde mi opinión, el barco llamado Costa Rica y el Pura Vida sigue a flote pero debemos fortalecer y trabajar por el bienestar individual y general; empezando por evitar el triunfo del verbo incendiario, populista, simplista y que promueve los discursos de odio. Por escucharnos como individuos, reconocernos como personas, reconocer al vecino, al entorno y participar como individuos en la solución de los problemas de nuestra sociedad y el país, siempre bajo el respeto de la individualidad. Las personas en espacios de liderazgo deben promover y fortalecer las libertades y el bienestar en los seis pilares evaluados del individuo de manera holística para que nuestra sociedad trascienda hacia un balance integral del bienestar general.
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