Frente a la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica hay un rotulo que dice así: Zona de inundación, además, por si aquello no queda claro tiene un dibujito de un carro que se hunde en el agua. San José no solo no es una gran ciudad, es un villorrio. Solo hace falta darse una vuelta rápida por el centro de la capital para percatarse que la ciudad se fue con todo a la mierda.

Al menos el cine nos permite ir cada que podemos a esas ciudades donde si hubo planificación urbana, donde si hay un centro histórico, donde el tranvía pasa alegre por las avenidas sin tener que pitar de forma absolutamente psiquiátrica en cada intersección y se puede volver caminando de noche a la casa sin miedo al ladrón de turno o a la bala perdida.

Les invito a que le demos play a las siguientes películas para envidiar los goces de Europa.

Mejor película para sufrir por no tener pasaporte italiano

To Rome with Love (Véanla en Max)

Esta elección es absolutamente imposible pues hay infinidad de grandes (y mejores) películas filmadas en Roma: El Ladrón de Bicicletas, La Dolce Vita, Roma Ciudad Abierta, Roma de Fellini, La Gran Belleza, sin embargo, les recomiendo esta porque es una comedia de enredos divertidísima que no los hará mejores personas, ni más cultos, pero les dejará una sonrisa en la cara. En De Roma con Amor vemos varias historias de amor y desamor que se desarrollan en esta hermosa ciudad, y como hace Woody con Nueva York la ciudad se convierte en un personaje más, Roma es la protagonista. De la trama no digo más porque no hace falta, este fin de semana comprese una buena pizza y váyase a Roma con Penélope Cruz, Woody Allen, Roberto Benigni, Jesse Eisenberg y Greta Gerwig. El plan promete.

De acuerdo con mis criterios recién inventados una gran ciudad primermundista requiere al menos de tres cosas:

  1. Ahí deben haber sucedido hechos con alguna importancia mayor y deben de seguir en pie buena parte de sus edificios y monumentos históricos.
  2. Transporte público eficiente: En plan, usted abre una aplicación del bus en su celular y sabe que en exactamente dos minutos y treinta segundos el bus va a llegar. Luego ese bus lo va a dejar en la parada del tranvía y ese tranvía (que además alrededor tiene un montón de bicis municipales por si acaso) lo llevará a su destino final. Todo lo anterior de forma eficiente y eficaz.
  3. Seguridad: Es muy pero muy poco probable que en una gran ciudad lo maten por su celular.

Nota importante: Para efectos de esta columna una gran ciudad no es grande por su tamaño sino por su dignidad. Fin de la nota importante.

Mejor película para tomarse una Guinness

Sing Street (Alquilable en AppleTV)

Al igual que la recomendación anterior esta les va a dejar una sonrisa en la cara. La peli se desarrolla en el Dublín de los 80, un grupo de adolescentes se monta un grupo de rock e invitan a la muchacha que le gusta a uno de ellos a ser la estrella de sus videos musicales, así de sencilla y efectiva es la trama. La peli es divertidísima y es perfecta para nuestra lista semanal pues Dublín cumple con todos los criterios de gran ciudad que nos hace envidiar los goces de Europa. Si quiere una peli feliz, divertida y con buena música, no lo dude mucho, comprese una Guinness y dele play a Sing Street. Como dato Delfino+ les cuento, hay una única fábrica de Guinness en todo el mundo y está ubicada en el puro centro de la capital irlandesa. Sláinte!

En el siglo XX muchas ciudades europeas y asiáticas fueron destruidas hasta sus cimientos y ahora uno las ve enormes, ordenadas, preciosas y pujantes. Acá en cambio parece que vivimos en el mundo de Nunca Jamás, nunca jamás se arreglan las calles, nunca jamás se pintan las fachadas, nunca jamás se reparan los vidrios rotos, nunca jamás ordenamos la ciudad. Un ejemplo de ciudad a la que le pasó de todo y más, literalmente quedó hecha polvo y ahora es un ejemplo de capital es Berlín, y por esta ciudad la siguiente recomendación.

Mejor película para volver a la Deutsche Demokratische Republik

Good Bye, Lenin! (Véanla en Max)

En Berlín pasó o se gestó buena parte de la historia del siglo XX, y la maravillosa Good Bye, Lenin! nos cuenta de la forma más tierna posible uno de esos episodios que impactó a todo el mundo. Poco antes de que se diera la caída del muro de Berlín la madre de nuestro protagonista (baby Daniel Brühl) cae en coma, al despertar del coma Alemania se ha unificado. Eso no sería tan grave si no fuera porque la señora en cuestión era una ferviente partidaria de la República Democrática Alemana (la socialista). Entonces su hijo (baby Daniel Brühl) para evitar que a su madre le dé un yeyo por semejante noticia hace todo lo posible e imposible por ocultarle la caída del muro de Berlín y la unificación de Alemania. La peli es divertidísima, sensible y tiene la música Yann Tiersen. Cuidado pierde. Así que nada, si este finde tiene un par de horitas, póngase cómodo y peguese una vuelta por la Alemania de finales de los 80s y principios de los 90s.

Antes de despedirme, les comento, ya vi Kinds of Kindness (la pueden ver en el Magaly y Cinemark) no está mal, no me volvió loco tampoco, hubiera sido mejor que la sacaran como una mini serie, lo mejor de Yorgos Lanthimos sin duda (según yo) es The Killing of a Sacred Deer (véanla para ayer en Max). Ojo que las recomendaciones de hoy sin planearlo están en Max, mi sugerencia, quite Netflix un mes al menos y ponga Max.

Eso fue todo por esta semana, espero que no los asalten, que la bala perdida nunca los encuentre, que el poste repleto de cables no les caiga encima, que sus carros no terminen flotando frente a Derecho, que el bus que los lleva no se prenda en fuego, que no se caigan en una alcantarilla sin tapa, que no les corten el agua, que la pasen bien viendo estas películas y sobre todo, que pese a nuestra invivible ciudad sean muy felices. Gracias por leerme.