Herramienta busca definir qué es una inversión ambientalmente sostenible de manera estandarizada.
En un evento presidido por el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y el Ministerio de Hacienda, el país lanzó su Taxonomía de Finanzas Sostenibles.
Se trata de un instrumento que busca definir por primera vez qué es una inversión ambientalmente sostenible de manera estandarizada.
En el contexto de las finanzas sostenibles, las taxonomías son sistemas de clasificación que definen criterios basados en ciencia, los cuales permiten identificar actividades económicas que contribuyen de manera sustancial a la transición hacia una economía sostenible, resiliente e inclusiva.
La taxonomía pretende brindar credibilidad, integridad y transparencia al mercado. Busca impulsar una movilización efectiva de capital hacia inversiones ambientalmente sostenibles que permitan el cumplimiento de las metas nacionales ambientales y sociales del país, partiendo de información transparente, confiable, armonizada y comparable que garantice que los recursos van hacia donde son requeridos.
El desarrollo de la Taxonomía de Finanzas Sostenibles ha sido liderado por el Minae, el Ministerio de Hacienda, el Banco Central de Costa Rica (BCCR), la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), la Superintendencia General de Valores (Sugeval), la Superintendencia de Pensiones (Supen) y la Superintendencia General de Seguros (Sugese).
El desarrollo técnico del instrumento estuvo a cargo de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI, por sus siglas en inglés), gracias al financiamiento del Fondo Verde del Clima y del Programa Euroclima de la Unión Europea.
El ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach, destacó que la Taxonomía representa un avance para alinear los flujos financieros con las metas ambientales y de desarrollo sostenible.
Por su parte, el jerarca de Hacienda, Nogui Acosta Jaén, destacó:
Costa Rica busca atraer inversiones que contribuyan con la agenda global de sostenibilidad. Este tipo de iniciativas se alinean con la estrategia del Ministerio de Hacienda de darle profundidad al mercado local, facilitando el flujo de recursos financieros para proyectos e iniciativas verdes, abaratando el costo del dinero para todos los agentes económicos del país".
Acosta Jaén aseguró que con esta iniciativa se facilita el flujo de comercio y capital verde a nivel transfronterizo y se fortalece la cooperación financiera internacional, con beneficios para los sectores público y privado.
Para el desarrollo de esta primera fase de la taxonomía, se fijaron los objetivos ambientales de mitigación y adaptación al cambio climático como prioritarios, así como ocho sectores económicos:
- Suministro de Electricidad, Gas, Vapor y Aire Acondicionado.
- Construcción.
- Transporte.
- Manufactura.
- Residuos Sólidos y Captura de Emisiones.
- Suministro y Tratamiento de Agua.
- Tecnologías de la Información y la Comunicación.
- Usos del Suelo (Agricultura, Ganadería y Forestal).
Seguidamente, para cada sector, se identificaron actividades económicas, activos y/o categorías de proyectos de inversión que, según criterios científicos, muestran una contribución sustancial a los objetivos priorizados. Son estas actividades las elegibles para ser etiquetadas como “sostenibles” a la luz de la taxonomía.
El embajador de la Unión Europea en Costa Rica, Pierre-Louis Lempereur, resaltó que la Taxonomía de Finanzas Sostenibles de Costa Rica es interoperable con las taxonomías de otras jurisdicciones, como la de la Unión Europea.
La interoperabilidad es un concepto clave en el desarrollo de las taxonomías, ya que permite un enfoque global coherente y alineado con las mejores prácticas internacionales. Con la Taxonomía, Costa Rica se consolida como un destino atractivo para las inversiones europeas, las cuales encontrarán prácticas y estándares ambientales comparables”.
Para el desarrollo del documento, se instauraron mesas de trabajo integradas por más de 300 personas expertas de más de 180 organizaciones del sector público, privado, Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y academia; quienes evaluaron las actividades económicas y sus criterios técnicos, así como los requisitos adicionales que deben cumplir las inversiones con miras a no provocar daños significativos a otros objetivos ambientales.
Según el director global de UNEP FI, Eric Usher, la herramienta servirá de apoyo clave para el trabajo de las entidades financieras.
El sector financiero cuenta ahora con un instrumento que le permitirá, entre otras cosas, evaluar la alineación de las carteras de crédito y de los portafolios de inversión con aquellos sectores y actividades que contribuyen sustancialmente a los objetivos ambientales, facilitar el diseño de nuevos productos financieros ambientalmente sostenibles y apoyar el análisis del comportamiento de riesgo de las carteras, así como la toma de decisiones de inversión”.
En el evento se presentó una declaratoria firmada por los ministros de Ambiente y Energía y de Hacienda, el presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), y los superintendentes de Entidades Financieras y Pensiones, Rocío Aguilar, y de Valores y Seguros, Tomás Soley, en la que aprobaron oficialmente la Taxonomía, acordaron realizar las acciones necesarias para facilitar su promoción e implementación, y exhortaron a las entidades financieras a aplicarla.
Aguilar indicó que en los próximos meses iniciarán con un proceso de pilotaje de la Taxonomía en entidades financieras seleccionadas de los cuatro mercados supervisados, con el fin de identificar fortalezas y brechas en la aplicación del instrumento, lo cual sentará las bases para el desarrollo de la regulación que permitirá incorporar la Taxonomía en el marco normativo aplicable a las entidades supervisadas.
Para acceder al documento completo y la declaratoria conjunta de oficialización del documento puede acceder al siguiente enlace.