Nací en un país donde las personas se saludan como si se conocieran de toda la vida y no lo piensan cuando se trata de externarle una mano amiga al prójimo. Donde podemos andar con libertad por la calle e incluso toparnos con un oso perezoso, una mariposa o un colibrí.

Nací en un país pequeño de territorio, pero que su gente, y su belleza natural lo hacen grande. Donde el “pura vida” se convirtió en nuestra forma de saludar, de despedirnos e incluso en nuestra marca internacional y el medio ambiente en nuestra mayor fuente de atracción turística. Un país donde las empresas sienten la confianza de consolidarse y brindarle trabajo a la gente.

Nací en un país donde hemos hecho alarde por una educación de calidad, que le ha dado las herramientas a la niñez y juventudes para salir adelante. Donde la música, el arte y el deporte son esas fuentes para alejar a las personas de la delincuencia. Nací en un país donde tenemos acceso a la salud y a programas sociales. Un país donde si nos violentan nuestros derechos existen las instituciones y los mecanismos democráticos para hacerlos valer.

Nací en un país que aunque suene repetitivo, no tiene ejército, porque en un momento de la historia eligió la paz y la inversión social.

Si bien, no tenemos un país perfecto y las desigualdades se han incrementado a raíz de las malas decisiones de los políticos tradicionales y los actuales, no podemos darnos el lujo de perder lo que hemos alcanzado, ni negarle a las generaciones actuales y futuras el seguir viviendo en una democracia, esa que nos ha dado tanto.

Es cierto, el sistema nos ha fallado, la institucionalidad nos ha fallado, la clase política nos ha fallado, pero existen las formas y los mecanismos democráticos para solucionar los problemas estructurales que existen.

Por ello, es hora de dejar a un lado las diferencias, los egos y las ansias de poder por poder de algunos y unir esfuerzos entre partidos políticos, los conservadores, liberales y los progresistas, sin importar que tan diferente sea su ideología, los sectores sociales, económicos y ambientalistas, con el fin de seguir manteniendo y fortalecer cada vez más nuestra democracia.

Nací en democracia y quiero seguir viviendo en una, y ¿usted?

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