La mayoría de los casos afectan a mujeres jóvenes y se registra un incremento en hospitalizaciones.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) reportó un incremento significativo en las consultas externas relacionadas con trastornos por estrés en los últimos años, especialmente entre las mujeres jóvenes de entre 20 y 44 años.
Según informó la institución, en 2022 se registraron 88.953 consultas externas por trastornos de estrés, de las cuales 65.673 correspondieron a mujeres. En 2023 las cifras ascendieron a 102.581 atenciones, con 76.540 mujeres afectadas; mientras que con corte al 4 de julio de 2024 se han reportado 46.016 consultas, con 34.275 mujeres afectadas.
La doctora Sara Marta Cubillo Escalante, psicóloga clínica, explicó que varios factores contribuyen a que las mujeres sean más propensas a padecer trastornos por estrés. Entre estos se incluyen cambios biológicos, psicológicos, sociales y ambientales, así como fluctuaciones hormonales relacionadas con el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia. La violencia y la discriminación de género también juegan un papel significativo, así como las múltiples responsabilidades que asumen las mujeres, tanto en el ámbito laboral como en el hogar.
El estrés no solo afecta a las mujeres adultas. En los últimos dos años, más de 25.069 atenciones por trastornos de estrés se registraron en niños y adolescentes de 1 a 14 años. La doctora Cubillo destacó que los síntomas de estrés en los más jóvenes pueden manifestarse a través de juegos repetitivos que reflejan experiencias traumáticas, problemas del sueño, conducta regresiva y dificultades en el ámbito social y del lenguaje.
Las hospitalizaciones también han aumentado. En 2022 la CCSS registró 1073 egresos hospitalarios debido a trastornos por estrés, mientras que en 2023 la cifra aumentó a 1207. En lo que va de 2024, ya se han registrado 557 hospitalizaciones. La mayoría de los casos hospitalarios corresponden a mujeres.
Los síntomas físicos del estrés incluyen cefaleas, malestar gástrico, hipertensión arterial, sudoración, temblor corporal, problemas dermatológicos, tensión muscular y dificultades del apetito. Los síntomas psicológicos, por su parte, abarcan desde dificultad en la concentración y aumento de errores hasta ansiedad, preocupación excesiva, pensamientos catastróficos, cambios en el estilo de vida y disminución de la autoestima.
Ante esta situación, los especialistas recomiendan buscar ayuda médica para una evaluación inicial de la sintomatología y considerar la posibilidad de recibir atención psicológica.
Asimismo, en respuesta al aumento de casos, la CCSS dijo haber reforzado el Protocolo de Atención Clínica para ofrecer una mejor atención psicológica a las personas con trastornos por estrés en los tres niveles de atención.