Malas prácticas en el desecho de medicamentos vencidos o en desuso promueven el comercio ilegal de fármacos e impactan el medio ambiente y la salud pública.
En el mes del ambiente, cabe recordar la necesidad de tener buenas prácticas en el almacenamiento, la clasificación y descarte de medicamentos ya que lamentablemente los medicamentos vencidos o en desuso pueden convertirse en un problema para el ambiente y la salud pública, además del riesgo de consumo improcedente o de falsificación.
Los medicamentos son sustancias químicas que al ser desechados en la basura tradicional o en el inodoro hacen contacto con el medio ambiente, lo cual provoca la contaminación de agua y suelos. Por esta razón es importante realizar el desecho seguro tanto de los medicamentos caducados y los fármacos en desuso, como de las cajas y envases vacíos o con producto.
En muchos hogares, el botiquín puede contener algunos fármacos para emergencias; no obstante, es común encontrar en medicamentos sobrantes sin fecha de caducidad, píldoras sin caja o frascos cuyo almacenamiento requiere ciertas condiciones de temperatura. También las personas suelen guardar el botiquín en el baño o en la cocina, donde la humedad y la temperatura pueden ser muy variables. Lo recomendable es conservar únicamente medicinas de venta libre, y guardarlas en un lugar fresco, en el envase original o etiquetadas con el nombre y fecha de vencimiento, y siempre fuera del alcance de menores.
Victoria Brenes, Directora Ejecutiva de Fedefarma, recordó la necesidad de seguir las indicaciones de los tratamientos con el fin de consumir las dosis completas y evitar que haya sobrantes. “El inadecuado almacenamiento y descarte de fármacos puede ser muy riesgoso para las personas; es por eso que debemos ser más conscientes del uso que hacemos de los tratamientos y de la forma como almacenamos y desechamos los residuos. Para ayudar a disminuir los riesgos, algunas regiones o farmacias locales cuentan con programas de recolección en contenedores especiales”.
En el caso de los antibióticos, el uso excesivo e indebido (detener el consumo antes de terminar el tratamiento y guardar el sobrante), también puede agravar la resistencia antimicrobiana, que surge cuando las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos dejan de responder a los medicamentos, lo que hace que las personas enfermen más e incrementa el riesgo de propagación de infecciones que son difíciles de tratar.
Una forma de desechar medicamentos es revisar las instrucciones de las etiquetas, ya que en algunos casos se indica la forma en la que puede ser desechado. La eliminación por el inodoro o el lavabo es la menos recomendable, ya que en este proceso se pueden contaminar las aguas residuales y la depuración de éstas no elimina completamente los restos de medicamento. Sin embargo, ante la imposibilidad de tener un repositorio para la recolección, la FDA (organización responsable de vigilancia de medicamentos y alimentos para proteger la salud pública en Estados Unidos) cuenta con una lista de fármacos que pueden ser desechados por el inodoro, siempre que no haya opciones de devolución disponibles.
En Costa Rica, varios centros de atención de salud reciben medicamentos y también hay contenedores denominados Punto Seguro que sirven para depositar tanto los fármacos como los envases, y de esta forma, minimizar la posibilidad de impacto ambiental. Gustavo Sáenz García, farmacéutico y socio fundador de Punto Seguro, indica que lamentablemente solo se recoge aproximadamente el 20% de todos los residuos.
Llama la atención que entre los cinco medicamentos más desechados están los que se recetan para disminuir el colesterol en la sangre, la diabetes tipo 2, malestares abdominales y tratamientos contra la hipertensión, considerada una enfermedad crónica. “Estos datos son relevantes porque sirven para tomar decisiones en cuanto al despacho de medicamentos, basados en la conducta del usuario en relación con el consumo y al cumplimiento de los tratamientos”.
Citando de nuevo a la FDA, este organismo indica que, si un programa de devolución no está fácilmente disponible, la mayoría de los medicamentos no utilizados o caducados pueden eliminarse junto con la basura del hogar pero tomando ciertas precauciones. En primer lugar, se debe mezclar los medicamentos (no aplaste las tabletas o cápsulas) con una sustancia descartable como polvo, arena de gato o café molido usado. Luego colocar la mezcla en un recipiente como una bolsa de plástico sellable o con cierre hermético y tirar el contenedor en la basura. Antes de tirar el frasco de píldoras vacío u otro envase de medicamentos vacío, se debe tachar toda la información personal de la etiqueta y de la composición para volverla ilegible.
Existen ciertos medicamentos recetados que contienen sustancias controladas y son especialmente dañinos si los toma accidentalmente otra persona que no sea el paciente. Estos medicamentos no deben tirarse a la basura, porque este método puede todavía proporcionar una oportunidad para que un niño o una mascota tomen el medicamento de forma accidental.
Algunos envases pueden contener papel, cartón o vidrio, que, al desecharse adecuadamente, pueden ser reciclados, y también, se evita que caigan en manos de personas inescrupulosas que los utilicen para rellenarlos de producto falsificado o copiar las características de las cajas con fines ilícitos.