En setiembre de este año se cumplirá otro aniversario de la famosa fotografía de los superhéroes de las alturas. No me refiero a La Liga de la Justicia, sino a los once obreros del icónico retrato “Almuerzo en el rascacielos”. Fue un 29 de septiembre de 1932, en el piso 69 del Rockefeller Center, cuando estos hombres posaron, como si nada, sentados sobre una viga de acero a 280 metros de altura. Las calles del Nueva York y el fotógrafo Charles C. Ebbets fueron testigos de la valentía de aquellos obreros.

Por supuesto, en medio de una recesión económica, no tenían muchas opciones. Además, es importante considerar que era una época distinta. Aunque no ha pasado todavía un siglo, en estos 92 años se han llevado a cabo reformas significativas en cuanto a los derechos laborales y la seguridad en el trabajo. Por ejemplo, el 29 de diciembre de 1970 el presidente Nixon firmó la Ley de Seguridad y Salud Ocupacional de 1970 (la Ley OSH), que condujo al establecimiento de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés). Esto marcó un hito en la protección de la vida en el trabajo.

Posteriormente, en Latinoamérica comenzaron a surgir algunos esfuerzos similares. En Costa Rica, se estableció en el Instituto Tecnológico de Costa Rica la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral e Higiene Ambiental. A lo largo de varias décadas, profesionales del TEC y otras universidades han liderado equipos multidisciplinarios en todos los sectores productivos, buscando mejorar las condiciones de seguridad en el trabajo para cientos de miles de personas en nuestro país.

Entonces, ¿es necesario que los trabajadores actuales se conviertan en "superhéroes" como los once obreros del Rockefeller Center, arriesgando sus vidas para ganarse el sustento? Aparentemente algunas instituciones estatales tienen esa percepción.

Heroísmo en el MOPT

El pasado 1 de abril, dieron inicio las obras en el puente sobre el Río Tempisque, conocido como "La Amistad", aunque algunos podrían llamarlo más bien "La Enemistad". El Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), responsable de los trabajos, realizó varias publicaciones en redes sociales resaltando el orgullo que se siente al tener a estos "superhéroes" trabajando en alturas en una de las torres del puente. Incluso, crearon un montaje con "Spiderman" y, de manera cómica, mencionaron que el hombre araña estaba quitándole protagonismo a los verdaderos “superhéroes”.

El heroísmo desaparece cuando la seguridad de estas personas no está garantizada. Ellos están desempeñando una labor, son subordinados y, más allá del principio de la negativa a trabajar, necesitan llevar el sustento a sus casas. Hay personas que dependen de ellos para comer y estudiar.

En las fotografías se puede observar que los trabajadores utilizaban un sistema de protección contra caídas rudimentario e insuficiente, poniendo en grave riesgo su seguridad. Sus vidas dependían de un solo cartucho: el sistema de suspensión, dejándolos vulnerable ante cualquier fallo. Carecían de protección secundaria en el anillo dorsal de su arnés. Tampoco contaban con una plataforma para trabajar, que sería lo ideal como sistema primario, acompañado de un sistema de detención de caídas con protección secundaria y terciaria.

Surgen muchas dudas. Por ejemplo, sobre la seguridad en el ascenso y descenso, y sobre la actuación en caso de un potencial rescate. En un incidente en altura, cada segundo es crucial, y una planificación adecuada es vital para la supervivencia.

Deudas y prioridades

Han pasado 92 años desde las famosas fotos de Charles C. Ebbets, pero en nuestro país aún queda mucho por hacer en términos de seguridad en alturas. Los más recientes informes estadísticos anuales del Consejo de Salud Ocupacional sitúan las caídas a distinto nivel como la principal forma de ocurrencia de accidentes en el país. Esto debe ser una prioridad en la gestión de las empresas que realizan actividades en alturas.

Las publicaciones del MOPT en redes sociales dejan mucho que desear. No es debido al humor que emplean, sino porque exponen ante la opinión pública las deficiencias técnicas de un trabajo de altísimo riesgo, realizado por personas honorables que no necesitan ser llamados “superhéroes”, sino que solo requieren condiciones seguras para trabajar. Los verdaderos héroes deberían ser aquellos líderes que tienen en sus manos el poder de brindar seguridad a los más vulnerables, a quienes no deseamos ver convertidos en mártires. Señores contratistas: ustedes deben garantizar la protección de sus trabajadores. Señores del MOPT: ustedes son responsables de que esto ocurra.

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