En estos últimos días, Costa Rica fue presa de un montaje sin precedentes; de un espectáculo premeditado con el tema de los racionamientos energéticos. Su productor principal: el Gobierno. En cuanto al reparto, los villanos detrás de esto, son aquellos que protegen intereses particulares que buscan la apertura desorganizada del mercado eléctrico con el fin último de privatizar. Mientras tanto, los personajes sacrificados en esta novela: la población costarricense.
Cada vez queda más claro que esto fue un teatro, una crisis auto infringida, para luego anunciar la solución salvadora: el proyecto de ley de armonización energética (expediente 23.414). Que, por cierto, requiere profundos cambios, ya que su versión actual, encarecerá el costo de la electricidad, según los criterios técnicos de la Cámara de Empresas de Distribución de Energía y Telecomunicaciones (CEDET).
Parafraseando al cómico más influyente de todos los tiempos, Groucho Marx: hay políticos expertos en el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
Lo peor, es que esta mala comedia tuvo afectaciones reales, hizo entrar en pánico a las empresas, a los centros de salud, a los de estudio, a los comerciantes, a la gente trabajadora y a cada hogar de este país.
El Gobierno no contó con que el costarricense no es tonto. Todos nos dimos cuenta de que detrás de este drama, existía la intención de poner a fallar a las instituciones desde adentro. Ya lo hemos visto con la Caja, ya lo hemos visto con el BCR y ahora lo vemos con el ICE. Infiltran las instituciones públicas, para dañarlas desde adentro, aquellas que brindan servicios de alto valor público. Todo esto con el objetivo de despedazar nuestro Estado de bienestar, social y de derecho, para enriquecerse más a costa de los pobres.
Es cierto que las sequías en Costa Rica se deben a una variedad de factores, que incluyen patrones climáticos cambiantes, deforestación, la influencia de fenómenos como El Niño y La Niña (ya viejos conocidos), y a la emergencia climática global.
No obstante, las autoridades deben y tienen las herramientas para tomar medidas, gestionar la situación, prever, planificar y minimizar sus impactos.
El Gobierno no contemplaba, que esta crisis autogestionada, este juego con la luz de la gente, generó un grave caos. Los supuestos “errores de cálculo” demuestran la falta de planificación del gobierno actual y el daño que le han hecho al ICE desde adentro.
Sin embargo, es importante abordar esta crisis provocada, y buscar soluciones para garantizar el suministro de energía eléctrica en el país. Por tanto, diputados del PLN presentaremos mociones al proyecto de armonización eléctrica para defender al ICE, a la ESPH, a JASEC a la CNFL y a las cooperativas de generación. Aquellas que con los recursos naturales que pertenecen a todas y a todos, llevan electricidad e internet a los lugares más lejanos del país, para satisfacer los derechos de la población menos favorecida e indefensa.
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