"Pesca ilegal y otros problemas están dejando al Golfo sin recursos", destacaron.
Con el fin de resguardar los periodos de reproducción de las especies de interés comercial, el 1 de mayo anterior arrancó en el Golfo de Nicoya el período de veda, el cual se prolongará hasta finalizar julio.
La veda, establecida anualmente, consiste en prohibir la pesca en un periodo y zona específica, protegiendo así los hábitats donde crecen, se alimentan y reproducen ciertas especies, lo que les permite regenerarse y asegurar su permanencia.
El Golfo de Nicoya es uno de los sitios de pesca más importantes de Costa Rica y la zona con más asentamientos pesqueros artesanales del país, del cual dependen más de 2600 pescadores artesanales pertenecientes a 29 comunidades costeras.
La Fundación MarViva compartió, no obstante, que según reportes de pescadores del Golfo, en los meses previos a la veda la captura fue prácticamente nula, lo que representa una crisis socioeconómica para las comunidades pesqueras quienes históricamente se han dedicado a esta actividad.
La pesca ilegal, sobreexplotación, mal manejo y la contaminación marina son algunas de las amenazas que están cobrando factura en estas aguas.
Esta situación provoca que pescadores artesanales se sientan en crisis. Por ejemplo, José Aguirre Medina, presidente de la Asociación de Pescadores Unidos de Bocana Sur Isla Chira, compartió que han tenido jornadas de pesca de hasta doce horas y regresan sin nada, "más bien con pérdidas por el hielo y combustible que gastamos".
La pesca ilegal y otros problemas están dejando al Golfo sin recursos y ¿qué hacemos los miles que dependemos de la pesca? Necesitamos más vigilancia en el mar pero también controles en tierra por parte del Instituto de Pesca y Acuicultura (Incopesca)”.
De acuerdo con el pescador, como es común en período de veda, muchos pescadores ilegales aprovechan las limitantes de control y vigilancia para realizar faenas de pesca pese a la prohibición, lo que agrava aún más la situación.
Al respecto, la directora ejecutiva de Fundación MarViva, Katherine Arroyo Arce, compartió que laveda es fundamental para preservar la biodiversidad marina y asegurar el aprovechamiento sostenible de los recursos pesqueros del Golfo de Nicoya.
Este período de descanso permite que las especies se regeneren y se asegure así la reproducción y futura captura, lo que es vital para las comunidades costeras que dependen de esta actividad pesquera”.
¿Qué podemos hacer como consumidores?
Desde MarViva recordaron que los consumidores son parte importante en la cadena de la pesca responsable y una de las recomendaciones es evitar el consumo de especies frescas capturadas en el Golfo de Nicoya. Por ejemplo, las corvinas, que provienen principalmente del Golfo y la posibilidad de que hayan sido pescadas ilegalmente es muy alta.
Arroyo Arce agregó que consumir especies de corvina fresca durante estos tres meses de veda tiene una probabilidad alta de que haya sido capturada en el Golfo, lo que quiere decir que sería pesca ilegal.
Si somos consumidores responsables y le decimos no a la pesca ilegal, beneficiamos a los ecosistemas marinos y a las comunidades costeras que sí siguen las recomendaciones y lineamientos de la pesca responsable”.