Señor presidente, en lugar de dirigir amenazas, le insto a que enfoque su energía en dialogar y construir para el bien de Costa Rica. Este espacio no es para egos descontrolados; es para un líder que sepa dialogar y construir. Cuando esté listo para hacerlo, cuente con mi apoyo.

Sus acciones y posturas representan una de las mayores amenazas a la democracia costarricense desde la fundación de la Segunda República. Mi intención hoy era discutir su informe, pero este pasa a un segundo plano ante la urgente necesidad constitucional de alertar al país sobre el peligro que usted representa para nuestra democracia.

Un verdadero demócrata construye puentes y busca acuerdos en lugar de gruñir, gritar o amenazar. Le exhorto a dejar de pelear y destruir; a trabajar seriamente por el bienestar del país. Aquí tiene una diputada dispuesta a ayudar, como ya lo he hecho en numerosas ocasiones.

Vivimos un momento crítico en la historia de nuestro país, un momento en que no podemos permanecer en silencio ante las decisiones erráticas y peligrosas de un gobierno que ha abandonado los principios fundamentales de nuestra democracia, como el diálogo, el respeto por las diferencias y la confianza en nuestras instituciones.

El tono cantinflesco y confrontativo que exhibe en sus discursos públicos es indigno de un líder que pretende guiar a una nación. La demagogia y la actitud populista con que se expresa solo demuestran una desconexión total con los verdaderos problemas que enfrentamos como sociedad.

Hemos visto cómo temas cruciales como la seguridad ciudadana han sido descuidados de una forma nunca vista. En el 2023 se contabilizan 906 homicidios. Esta cifra equivale a una tasa de 17,2 homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes. Nuestro país encabeza la tasa de homicidios de toda América.

La falta de una estrategia clara para restaurar la paz en nuestras comunidades no solo pone en peligro la vida y el bienestar de nuestros ciudadanos, sino que también erosiona la confianza en nuestras instituciones.

En segundo lugar, la política económica que ha implementado esta administración es desastrosa. La política cambiaria ha provocado el cierre de empresas en todo el país, afectando particularmente a las pequeñas y medianas empresas del sector turístico y agroexportador, que son el motor de nuestra economía.

El mercado laboral cerró el 2023 confirmando la tendencia a su debilitamiento. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en su Encuesta Continua de Empleo (ECE) para el último trimestre (octubre-noviembre-diciembre), Costa Rica perdió 90 mil empleos con respecto al cierre del año anterior, mientras que la fuerza de trabajo se redujo en 214 mil personas.

La política cambiaria de este gobierno es la responsable del 63% de las pérdidas de 26 mil caficultores sufrieron en las últimas dos cosechas. No olvidemos también que la caída récord del dólar se ha convertido en una pesadilla financiera para las micro y pequeñas empresas turísticas.

¿Y qué propone el señor presidente? Propone aumentar los impuestos a las Pymes, no pagarle a la CCSS y, por si fuera poco, ha dejado de invertir 1 billón de colones en servicios de salud, ignorando a costarricenses que duermen en el suelo de las salas de emergencia y a los que sufren en listas de espera interminables.

Usted presume resultados macroeconómicos en este plenario, pero ¿a qué costo social? Ha eliminado 100 mil becas del programa Avancemos. Este gobierno esta condenando a generaciones enteras a vivir en la exclusión y la pobreza.

Es evidente que juega con la paciencia de los costarricenses, ocultando información e incitando al odio. Usted y su jefa de fracción son maestros de la mentira, y la historia juzgará severamente estos actos contra la libertad y la democracia.

¿Qué está haciendo usted para cambiar la situación? No he visto ningún proyecto en su gestión que represente una reforma real del Estado.

Recordemos algunas instituciones que nuestra fracción ha propuesto cerrar, como CNP, RACSA y RECOPE, para redistribuir esos recursos hacia necesidades urgentes como salud, infraestructura y vivienda.

Los espectáculos públicos protagonizados por el mandatario dañan gravemente la imagen de Costa Rica a nivel internacional. Un líder que insulta amenaza y se burla de aquellos que lo cuestionan o critican no es un líder digno de representar a nuestro país. Costa Rica siempre ha sido un faro de democracia en la región, pero el desprecio constante del presidente Chaves por nuestra tradición democrática amenaza con empañar ese legado.

Es hora de levantarnos juntos y exigir un cambio de rumbo, por eso me uno al llamado del presidente de esta Asamblea. Señor presidente Chaves: rectifique. No podemos permitir que esta actitud autoritaria continúe socavando nuestros principios democráticos y dividiendo a nuestra sociedad.

La democracia no es un espectáculo. No es una pantalla donde el gobierno puede proyectar sus intereses personales y ocultar sus fracasos. La democracia es el derecho sagrado de cada ciudadano de vivir en un país donde sus voces sean escuchadas y sus necesidades sean atendidas con respeto y diligencia.

Llamo a todos los sectores de nuestra sociedad a unirse en un frente común. No se trata de un partido o ideología política; se trata de defender los valores que han hecho de Costa Rica una nación ejemplar.

No podemos esperar soluciones de quienes continúan perpetuando la crisis. Es hora de recuperar el control de nuestro destino y construir un futuro donde el diálogo, la inclusión y la justicia social sean las piedras angulares de nuestro progreso.

El presidente Rodrigo Chaves debe rendir cuentas por su incapacidad para liderar con sabiduría y rectitud. No es normal que el presidente de un país se comporte como un niño maleducado, y aun un niño tendría a su favor la excusa de la corta edad.

Hago un llamado urgente a la reflexión. No podemos normalizar el comportamiento de un presidente que actúa con total desprecio por la transparencia y la rendición de cuentas. Lo que es aún más preocupante es el irrespeto que el presidente Chaves ha demostrado repetidamente hacia quienes piensan diferente, en particular hacia las mujeres. Su retórica despectiva y su falta de sensibilidad son inaceptables en un país que ha luchado por la igualdad de género y el respeto mutuo.

Nos enfrentamos a un presidente que prefiere ignorar la realidad en la que vivimos y que responde a las críticas con amenazas, insultos y desdén.

No debemos permitir que esta retórica se enraíce en nuestra cultura política.

Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de exigir que nuestras autoridades sean ejemplos de integridad y no se conviertan en símbolos de arrogancia y abuso de poder.

Los costarricenses no vamos a conformarnos con promesas vacías y discursos populistas que buscan distraer la atención de los problemas reales. Merecemos más que un teatrillo patético de excusas como el que vimos el 2 de mayo por parte del Presidente.

No podemos permitir que se continúe socavando nuestra tradición democrática ni que el autoritarismo y la demagogia se normalicen en nuestra sociedad. Debemos rechazar las tácticas divisivas que buscan polarizarnos como nación.

Asimismo, no puedo dejar de señalar la preocupante omisión del presidente Rodrigo Chaves en su reciente informe anual y su discurso ante la Asamblea Legislativa. En su segundo año como mandatario, omitió de manera flagrante cualquier referencia seria al tema ambiental, algo que evidencia un desprecio imperdonable hacia uno de los mayores retos que enfrentamos como país y como humanidad.

Aunque el informe lucía espléndidamente ilustrado con un jaguar y varias plantas, su contenido carecía completamente de cualquier consideración seria sobre la flora, fauna, cambio climático, agenda marino-costera, descarbonización o el derecho a un medio ambiente sano y equilibrado. Resulta irónico que el presidente Chaves intente disfrazar de verde un documento que no muestra el más mínimo compromiso con la protección de nuestro entorno natural, como si el uso decorativo de imágenes pudiera distraernos de la ausencia total de una agenda ambiental.

La omisión reiterada de los temas ambientales, tanto en el discurso de este año como en el primero, muestra una preocupante falta de visión a largo plazo y un desdén hacia las recomendaciones de las organizaciones ambientalistas.

Esta omisión en el discurso del presidente Chaves no solo refleja una falta de compromiso con el medio ambiente, sino que también atenta contra la reputación que Costa Rica ha cultivado durante décadas como líder en sostenibilidad y conservación.

Nuestro país ha sido reconocido mundialmente por su visión y esfuerzos en la protección de la biodiversidad, el impulso de la descarbonización y la promoción de un modelo de desarrollo que respeta la naturaleza. El silencio del presidente sobre estos temas no solo perjudica nuestras políticas ambientales, sino que también pone en riesgo nuestra imagen como referente global en conservación, debilitando nuestra posición ante la comunidad internacional y erosionando la confianza en la seriedad de nuestro compromiso con el medio ambiente.

Señor presidente Chaves, permítame recordarle que mientras más insista en utilizar sus discursos violentos y vulgares contra todo lo que no le agrada, más va a fortalecer la unidad de este plenario, y en particular, la determinación de las mujeres de este país. Somos precisamente nosotras, las mujeres valientes de Costa Rica, quienes vamos a levantarnos firmes para defender nuestra democracia de las garras de su ego desbordado.

Cada palabra irrespetuosa, cada acto de desprecio que usted perpetúa, no hace más que encender la voluntad de este pueblo para proteger y preservar los valores que nos han definido como nación.

Presidente Chaves, respete la democracia. Respete nuestra libertad. Respeta a los costarricenses, deje de pelear y póngase a trabajar.

Este artículo fue la réplica al discurso presidencial dado el 7 de mayo en el plenario de la Asamblea Legislativa.

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