Obra selecta de la artista le espera en la Galería Nacional del Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura.

Jardín de sombras está compuesta por 26 pinturas al óleo y dos instalaciones olfativas, que abordan la relación de las sociedades occidentales entorno a la felicidad. La expo se inauguró el 17 de mayo y estará abierta al público hasta el 16 de junio, en la Galería Nacional con entrada gratuita al público en horario de 9:00 a. m. a 5:00 p.m. de martes a domingo.

Lillianne (Lilly) Ruiz Truque es una artista visual contemporánea interdisciplinaria y ambientalista. Es de nacionalidad costarricense y estadounidense. Su formación artística ha sido fuera de la academia con diversos artistas e historiadores. Es Bachiller en Administración Internacional (American University, Washington DC), MBA de Georgetown y tiene un diplomado en Historia de Arte de la Academia Aurica en Mexico D.F. Ha participado en numerosas exhibiciones individuales y colectivas, nacionales e internacionales. Tuvo la oportunidad de representar a Costa Rica en “Art All Night” Washington D.C con su exhibición “Duality of Dreams” en el 2016, cuando se le invitó a exponer su trabajo para ese evento en la Embajada Costarricense en los Estados Unidos. Es miembro activo del Comité de Arte y Cultura del CRCC (2022 - presente) y de la ACAV (Asociación Costarricense de Artistas Visuales).

La producción artística de Lillianne Ruiz Truque, está compuesta por paisajes, los cuales han ido evolucionado conforme a sus inquietudes personales. Su obra temprana esta compuesta por paisajes puntillistas, con una vertiente costumbrista. Estos paisajes fueron evolucionado en lenguaje y necesidades hasta sus paisajes oníricos, los cuales confrontan el mundo real a través de lo imaginario. Ruiz suele enfocarse en la naturaleza como metáfora de vida, el uso del color y la analogía creadas en la flora y la fauna de sus obras, buscan “cuestionar y desafiar la vulnerabilidad e incertidumbre de la humanidad ante lo efímero de nuestra existencia y el paso en este mundo”.

En Jardín de sombras la artista presenta naturaleza cruda como una alegoría de la mente y las emociones humanas “haciéndonos reflexionar, ya que igual como no puede existir sombras sin luz, no podemos reconocer la felicidad sin experimentar la tristeza”. “En un esfuerzo por afrontar los desafíos que conlleva la vida Lillianne, se sumerge una investigación sobre la felicidad, sin pensar que en su búsqueda por comprender a otros, lograría comprender mejor a la sociedad y de igual manera a sí misma”, explica la gacetilla de prensa.

Gary Hior, curador a quien debemos esta descripción, agrega: “Lillianne, en su búsqueda de equilibrio nos muestra una gran variedad de sensaciones y emociones, siendo la pintura su método de meditación práctico, es con ella que se plantea si perseguir la felicidad, como sucede en occidente, es una autodestrucción; o bien si buscamos integrar todas las emociones básicas, es lo más acertado, es decir, somos felices porque hemos sido tristes o como diría la artista, sin oscuridad no hay luz”.

Reflexionando sobre su investigación en torno a la felicidad, explica la artista: “Puedo admitir que yo misma empecé con ideas ingenuas de lo que es la felicidad, mi necesidad por querer ayudar a seres queridos, me llevó a estudiar el tema extensivamente. Al inicio lo veía como una decisión, o actitud de vida. Luego de investigar me di cuenta que se necesita cumplir con varios factores iniciales básicos de vida: la seguridad, la alimentación entre muchos otros. Sin embargo, encontramos felicidad aún en los lugares más sorprendentes”.