El día 27 de marzo del presente año, el país recibió la noticia de que un coligallero murió en la zona de Crucitas, un incidente no aislado que ya ha ocurrido en el pasado, por allá del 2017. La presencia de una fuente de ingresos que se puede obtener rudimentariamente con un pico, una pala y mercurio, lleva a las personas a arriesgar su salud y el entorno, para extraer oro en sacos. Además, la región ha enfrentado años de problemas sociales y algunas de sus comunidades carecen incluso de acceso básico al agua potable.
Una minería a cielo abierto adecuadamente regulada podría representar una solución viable para mejorar la economía nacional, local e incluso podría inyectar mayor presupuesto en la protección de los alrededores de la futura mina. La minería por sí misma, es una actividad productiva y competitiva, donde la mayoría de los costos y beneficios se quedan dentro de Costa Rica, incluidos los impuestos y las inversiones locales. Sin embargo, es evidente que las administraciones pasadas han fallado en abordar eficazmente y hoy en día continua el saqueo de nuestros recursos minerales, por lo que es necesario buscar una solución que involucre tanto al sector público como al privado y es claro que dicha solución debe ser distinta a los enfoques prohibicionistas del pasado.
En más de 12 años las diversas administraciones han demostrado que el país no tiene el cuerpo policial, ni el suficiente financiamiento para solucionar el desastre del saqueo de nuestro oro. El gobierno actual debe llegar a una solución que permita la participación Estatal y privada de las empresas mineras, ya sea en pequeña minería o gran minería, y solventar el gasto que implica el acordonamiento policial alrededor de las fincas mineras, que aparentemente cuestan al país 60 millones de colones al mes, que a su vez implica la desatención de otras crisis de seguridad que el país vive actualmente.
Las naciones desarrolladas y en vías de desarrollo, como República Dominicana, han comprendido que el reconocimiento y la exploración minera cumplen una función importante para el desarrollo, la estabilidad económica y la soberanía. Conocer lo que se tiene en el inventario nacional es invaluable y si el estado no está en capacidad de aprovecharlo, o protegerlo, debe de involucrar a terceros capacitados y comprometidos en esta tarea.
Si bien es cierto, que no es una decisión sencilla de tomar, es necesario que esta administración dé una pronta solución a la problemática generada por la prohibición de extraer oro a cielo abierto, pero mientras unos no toman decisiones para llegar a una solución, otros ya han decidido arriesgar su salud en busca de una vida mejor para ellos y sus seres queridos.
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