La firma del Acuerdo Integral de Asociación Económica sobre Comercio e Inversión entre Costa Rica y los Emiratos Árabes Unidos marca la historia como el primero de su clase entre Costa Rica y un país del Medio Oriente y el Golfo, que no solamente ha abrazado su apuesta a la modernidad y al futuro como el motor de su economía, sino que además aspira a convertirse en el principal centro de distribución de alimentos y manufacturas para esa región del planeta.

Este acuerdo es fruto de las voluntades políticas claras de ambos países, reflejadas desde el liderazgo del proceso, así como del extraordinario trabajo de nuestros equipos técnicos de negociación, que fueron capaces de discutir y acordar, mediante reuniones virtuales, en un plazo más que efectivo que si acaso llegó a los 6 meses.

Costa Rica no da este paso como fruto de la coincidencia o de la improvisación. Por el contrario, este logro que nos llena de orgullo es el resultado de una estrategia clara y bien concebida, orientada a ampliar, profundizar y modernizar nuestra robusta plataforma de acuerdos comerciales, eje central del proceso de transformación estructural que nos ha convertido en una economía de renta media-alta, diversificada, sofisticada y cada vez más resiliente.

En el contexto actual, en el que el mundo no termina de recuperarse de los efectos adversos de la pandemia del Covid-19 y de la infame invasión de Rusia a Ucrania y en el que, además, debemos seguir lidiando con frecuentes disrupciones en cadenas globales de suministro críticas, el dinamismo y la estabilidad de una pequeña economía como Costa Rica, altamente integrada a los mercados globales, no deja de causar asombro y admiración en el contexto de las naciones, incluso de aquellas con las que nos honramos en compartir como miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

En el Gobierno de la República sabemos que este es un resultado que hemos logrado a partir de la comprensión de que si queremos seguir sustentando el crecimiento sobresaliente de nuestra economía y si queremos que el mismo genere oportunidades para cada vez más costarricenses, necesitamos una hoja de ruta clara para evitar estancarnos y seguir construyendo, con nuevos acuerdos y alianzas, nuestra plataforma de comercio exterior. Este es un ingrediente esencial de la estrategia de desarrollo económico delineada por el presidente Rodrigo Chaves Robles, que es llevar más Costa Rica al mundo y traer más del mundo a Costa Rica, según sus propias palabras.

Uno de los elementos centrales para fortalecer, ampliar y profundizar nuestra plataforma de acuerdos comerciales es sin duda el incremento de nuestras relaciones de comercio e inversión con regiones estratégicas con las que tenemos aún mucho espacio de crecer. Por ello iniciamos esta administración con la negociación del Acuerdo de Asociación Comercial con Ecuador, como una clara señal de la vocación de fortalecer nuestros lazos con América Latina, y esta semana que pasó nos reunimos para celebrar la firma del primer acuerdo comercial y de inversión de nuestro país con una nación del Medio Oriente y el Golfo, dicho sea de paso, con una muy especial, que ejerce un importante liderazgo en su región.

Ciertamente hay muchas personas que pueden creer que los Emiratos Árabes Unidos, por la región del mundo en que se ubica, es una economía cuya prosperidad se basa en su producción de petróleo y derivados. Tendrán una grata sorpresa que les comparta que no es así, que la actividad petrolera representa hoy día apenas cerca de un 15% de la economía de los Emiratos Árabes Unidos y son los servicios lo que acaparan el grueso del dinamismo y la generación de oportunidades en su economía. Este país supo encontrar en la visión de sus líderes, la sabiduría para aprovechar un recurso natural valioso como poderoso habilitador transicional hacia una vibrante economía de servicios que, por ubicarse en una región desértica, requiere asegurar un adecuado aprovisionamiento de los bienes que atiendan las necesidades de consumo de su población de alrededor de más de 10 millones de habitantes, con un alto poder adquisitivo reflejado en su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de $53,000. Asimismo, de los numerosos visitantes que la actividad turística, principal motor de la economía emiratí hoy día, atrae a ese país todos los años.

Es en ese contexto donde este Acuerdo Integral de Asociación Económica sobre Comercio e Inversión que firmamos se convierte en un elemento clave y estratégico, que pone a Costa Rica en una posición privilegiada para participar en el abastecimiento de los Emiratos Árabes Unidos y de su región, y que pone a este país árabe en una posición favorable para desarrollar alianzas de negocios y de inversión en Costa Rica, un país líder como anfitrión de inversión productiva y con acceso preferencial a varios de los mercados globales más dinámicos y prósperos del mundo. En este sentido, somos dos economías que tenemos intereses estratégicos complementarios y que podemos potenciar nuestras fortalezas, capacidades y prosperidad, a través de la alianza que estamos construyendo.

No celebramos la conclusión de un proceso, sino más bien el inicio de una nueva era de relaciones de comercio e inversión de Costa Rica con los Emiratos Árabes Unidos y, por ende, con el Medio Oriente.

Ya con nuestro acuerdo firmado, procederemos al debido traslado a nuestra Asamblea Legislativa, para el trámite de aprobación por parte del Primer Poder de la República. Para tal efecto, el Ministerio de Comercio Exterior se pone desde ya a las órdenes de la Asamblea, para atender con prontitud y certeza sus consultas y trabajar colaborativamente en dicho proceso, siempre en pleno respeto del principio de división de Poderes, como lo hemos hecho con el Acuerdo con Ecuador y como lo seguiremos haciendo con los demás acuerdos que vengan.

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