En un rincón de Bélgica, entre el bullicio de sus calles adoquinadas y la majestuosidad de sus edificios históricos, los costarricenses residentes en ese país, nos reunimos en la ciudad Geraardsbergen, en el flandes oriental,  para celebrar un día que trasciende las fronteras: el Día del Costarricense en el Exterior. En esta ocasión acompañados por su embajadora, cónsul y personal de la embajada de Costa Rica en Bélgica y por la parte belga, la Alcaldesa de la ciudad y la hermandad del Mannekepis (figura símbolo del país belga).

Una de las tradiciones más destacadas de Bélgica es la celebración del cambio de vestimenta del famoso Manneken Pis, en Bruselas y en otras regiones;  tanto el fervor por esta icónica figura, que ya lleva a su haber más de 800 trajes. 

Para esta ocasión pero en Geraardsbergen, se entregó un nuevo traje  compuesto por una máscara realizada por el costarricense Minor Arias Uva, y  una túnica elaborada por Marcia Salas. La máscara representa la Madre Tierra y la túnica está inspirada en la naturaleza de la Región Brunca. Este gesto nos da identidad, nos dice quiénes somos, simboliza la conexión entre dos mundos aparentemente distantes, pero orgullosos de ser costarricenses. El traje, es más que una simple vestimenta; es un testimonio tangible de la riqueza cultural y la creatividad del pueblo costarricense.

Pero la celebración no se detiene aquí. Los costarricenses en Bélgica también tenemos el privilegio de contar con la presencia en Geraardsbergen de nuestra querida: Virgen de los Ángeles. Nuestra “ Negrita” no conoce fronteras,  nos convoca y  nos reúne cada Agosto también en Bélgica, en este ocasión el 04 de agosto próximo.

Además de ser un momento de alegría y fe, esta celebración también sirve como un recordatorio de la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones y valores, incluso cuando estamos lejos de casa.

Poco se habla de los valientes que hemos sido todos los costarricenses que hemos migrado, y es importante reconocer la osadía que hemos demostrado. No es nada fácil dejar atrás familia, trabajo, amigos y la comodidad de lo conocido en busca de un sueño, pero esta valentía ha sido la fuerza motriz que nos ha impulsado a enfrentar lo desconocido y a perseguir nuestras metas con determinación. 

El Día del Costarricense en el Exterior en Bélgica es mucho más que una simple celebración; es un vínculo emocional que une a los costarricenses en todo el mundo, fortaleciendo su sentido de identidad y pertenencia. En medio de la diversidad y la distancia, y la nostalgia de encontrarnos lejos de nuestra tierra natal, siempre llevamos con orgullo la bandera de Costa Rica, donde quiera que vayamos.

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