¿Cómo vamos a conectar con otros, si no conectamos con nosotras mismas? Y no me refiero a conectar con nuestra mente, sino a conectar con nuestro cuerpo, con lo que no vemos, con nuestro cérvix, nuestra vulva, lo que está tan escondido para otros y, sorprendentemente, también para nosotras. Lo que no vemos sino gracias a un espejo, en posiciones incómodas y que imaginamos solo a través de texturas y sensaciones placenteras. Una flor. ¿Cómo es que teníamos una flor ahí y nadie nos lo había dicho?

Ese rumbo, y muchos otros, tomó la conversación entre la artista plástica Elizabeth Argüello, el médico Eduardo Ruiz Munguía y el cineasta Jurgen Ureña, en el más reciente episodio de La Telaraña, que estuvo dedicado a la sexualidad.

La conversación surgió a propósito de la exposición Cervixtas, a cargo de Elizabeth, que estará desplegada en las paredes de la Alianza Francesa, en San José, hasta el próximo 6 de abril. Tres murales cobran vida gracias a la realidad aumentada. Nos adentramos en el cérvix, en sus fases dentro del ciclo menstrual, en el poder que nos da a las mujeres y en las conexiones que supone con nuestras ancestras.

La exposición es una oportunidad única para llevar a la familia a descubrir nuestro cuerpo, en un ambiente sano, alejado de las imágenes nocivas de la pornografía, que son hoy, lamentablemente, la base de nuestra educación sexual.

El Claro de Luna de Claude Debussy suena mientras Eduardo nos invita a saltarnos las reglas, al menos temporalmente, para descubrir nuevos mundos, más libres y plenos. Algo así como dejarnos llevar por la intuición y mostrar ilustraciones y murales de cérvix coloridos en las paredes de un centro cultural. Además, Eduardo nos recuerda que con demasiada frecuencia asociamos lo erótico al poder, al dominio y al maltrato, y no a relaciones equilibradas, con personas bondadosas.

Durante el programa descubrimos también la pieza Ella, de Bebe, que es un himno a la vida, un tónico femenino revitalizante. Bebe nos dice: “Hoy vas a descubrir que el mundo es solo para ti / Que nadie puede hacerte daño / Hoy vas conquistar el cielo / Sin mirar lo alto que queda del suelo”.

Elizabeth eligió esta canción porque no hay nada que la conmueva más que una mujer que le inspire. Pues Elizabeth, con tu trabajo has inspirado a muchas mujeres y nos has enseñado a vernos para Cervixtas. Te lo agradecemos.

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