Por Camila Susana Casasola - Estudiante de la Escuela de Estudios Generales
"Sin el arte, la crudeza de la realidad haría que este mundo fuese insoportable." - George Bernard Shaw
Estamos en medio de una pandemia que ha demostrado las debilidades que, como humanidad, tenemos asociadas a la salud y nos ha mostrado la fortaleza e incertidumbre que se encuentra en lo desconocido. Admirar como esto no solo ha cambiado los sistemas de salud, también ha desgastado la economía y ha puesto en jaque la interacción humana. ¿Hay algún espacio para apreciar la belleza del arte?
Una de las grandes bases de la humanidad es el arte, pero en una crisis donde el ir a un museo, un concierto o disgustar la mayoría de las representaciones artísticas puede ser un arma mortal para la salud, o donde no es una actividad de primera prioridad y de cierta forma se considera un lujo, y donde muchos de los presupuestos para dar sustento económico a las distintas instituciones que lo divulga se han cortado, ¿cómo se puede volver a conciliar con la idea de la estética artística y hacer que esta parte tan vital y necesaria para el desarrollo de la sociedad no se marchite?
Aquí es donde la ingeniería se pone en servicio como solución en conjunto con la tecnología y nos facilita una serie de opciones digitales como redes sociales, visitas a museos y conciertos en línea, streaming de obras de teatro, plataformas donde se pueden ver películas, que, aunque esto no genere la misma euforia de estar presente en el lugar de la demostración artística, es la única opción que permite esa experiencia sin arriesgar la salud de los espectadores. Además, brinda nuevas oportunidades como por ejemplo visitar museos de otros países o estar presentes en un concierto que, tal vez, si no se hubiera digitalizado, la oportunidad de contemplarlo se vería casi nula. También, gracias a que hay más tiempo, se ha logrado que diferentes tipos de arte sean más conocidos.
El arte nos genera la sensación de transportación: algunas veces nos lleva de visita a lugares desconocidos o dentro de la mente de algún genio. Gracias a esto el arte nos permite generar lazos inexplicables que hoy, en la era del distanciamiento social y de la pérdida de contacto físico, son necesarios. Es clave ver el arte como una gran forma de reconstrucción social que genera un valor fundamental para nuestra salud mental, por lo tanto es algo que se debería proteger y venerar en estos momentos de incertidumbre.
Ya sea que el arte sea visto como un escape de la realidad que nos rodea o como una forma de entretenimiento, el arte nos permite conocer lo efímero de la vida y es parte vital para el desarrollo de cada ser humano y para el sano crecimiento de la sociedad. Este también permite una constante apreciación de lo bello y de la estética que es fundamental para sobrevivir en tiempos de crisis como los que vivimos ahora. Por lo tanto, buscar algún espacio para apreciarlo es un requerimiento y necesidad, ya que permite llenar espíritu y el alma.