El Régimen de Zonas Francas de Costa Rica (RZF) se mantiene como un importante motor de desarrollo y empleo formal, inclusivo y de calidad.
Actualmente, las 499 empresas amparadas a este dinámico sector generan trabajo a 247.941 personas en el país.
Estas compañías reportaron 184.035 empleos directos y 63.906 indirectos, según el reciente estudio de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER) en coordinación con el apoyo técnico del Ministerio de Comercio Exterior (COMEX) sobre el Balance de Zonas Francas de Costa Rica 2018-2022.
Estos datos fueron analizados este miércoles en un encuentro realizado en AFZ, con la participación de representantes de PROCOMER y empresas asociadas de AZOFRAS, con el fin de estimular el intercambio de ideas y generar reflexiones acerca del desarrollo y crecimiento del sector de zonas francas.
El reporte que evidencia de manera robusta el retorno económico y social de los incentivos del Régimen de Zonas Franca (RZF) en Costa Rica en los últimos cuatro años, señala que las zonas francas aportan el 15% al Producto Interno Bruto (PIB) para una contribución absoluta de $10.145 millones y representan el 60% del total de las exportaciones del país.
Destaca además, que el 44% del total de esas personas con trabajo son mujeres, lo que contribuye a reducir la brecha de género.
Carlos Wong, presidente de la Asociación de Empresas de Zonas Francas de Costa Rica (AZOFRAS) destacó que el Régimen es un modelo productivo muy beneficioso, que actúa como motor de desarrollo económico y social para el país:
Las Zonas Francas generan empleo de alta calidad, incentivan la transferencia de nuevas tecnologías, impulsan las exportaciones, promueven los encadenamientos productivos, mejoran el nivel de vida de la población, además de estimular la competencia”.
Por su parte, Laura López, gerente general de PROCOMER indicó que “Costa Rica dispone de un modelo de zonas francas ampliamente reconocido a nivel mundial, que destaca por la seguridad jurídica que brinda a los inversionistas e históricamente, ha sido uno de los aspectos medulares en la propuesta de valor país de cara a la atracción de inversión extranjera directa y reinversiones. El régimen, además, es un generador de oportunidades, lo que se evidencia en las contribuciones a la economía nacional, empleo, encadenamientos y a la competitividad que brinda al país, así como a los aportes a diversas instituciones sociales como el INA, la CCSS, el IMAS, entre otros”.
Actualmente el país enfrenta el desafío de lograr que más empresas se instalen y permanezcan en suelo costarricense, especialmente en las zonas ubicadas fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).
"Indudablemente, el Régimen de Zonas Francas actúa como un motor impulsor del crecimiento económico al generar oportunidades de empleo y promover las exportaciones. Es fundamental que como país trabajemos en conjunto para mantener un entorno propicio para atraer Inversión Extranjera Directa, aumentar nuestra competitividad regional y desarrollar talento que pueda satisfacer las necesidades de las numerosas compañías que eligen establecer sus operaciones en Costa Rica", concluyó Carlos Sandí, gerente general de AFZ.
De acuerdo con el estudio, además del empleo formal este Régimen contribuye con mejores remuneraciones, formación de las personas trabajadoras e incrementa las cuotas para la seguridad social. El salario promedio que reciben las personas trabajadoras del Régimen alcanzó los US$1.640 mensuales, es decir 1.5 veces mayor que el sueldo promedio del sector privado nacional.
Aproximadamente, las empresas de zona franca muestran un promedio de nueve años de permanencia en el país, lo que destaca el arraigo que han desarrollado, principalmente por la confianza en el talento humano.
En el régimen de zonas francas destacan sectores como dispositivos médicos, manufactura inteligente, logística y servicios intensivos en conocimiento que aportan a la competitividad del país. Se trata de sectores con empresas que evolucionaron de maquilas o back-office a industrias que apuestan por la investigación y el desarrollo, el diseño, la ingeniería y el análisis de datos.
Además, este sector dinamiza la economía mediante compras a gran cantidad de proveedores locales; solo en el 2022 se realizaron compras por $5.017 millones, es decir un 54% del total de sus adquisiciones.