El conflicto social que vive Costa Rica es en parte consecuencia del conflicto armado latinoamericano, que trae mucha migración y en ese desplazamiento quienes huyen de sus países son tanto ciudadanos responsables como también delincuentes que huyen de su justicia; como también del conflicto armado costarricense, si bien no estamos en un estado de guerra, el tráfico de armas, el crimen organizado y los delitos conexos, hacen que se hable así, conflicto armado debido la circunstancia actual de tendencia al alza en los homicidios, tentativas de homicidio, tenencia, portación y activación ilegal de armas de fuego de prácticamente todos los calibres existentes.
Este conflicto contemporáneo afecta no sólo a quienes integran bandas y organizaciones criminales, sino que también afecta a civiles perturbando la vida de hombres, mujeres, niñas y niños; dentro de este conflicto se dan abusos sexuales, migración forzada y un impacto negativo en la salud, tanto física como mental, se impacta la educación y el desarrollo económico y aunque sea imperceptible determina un cambio en los roles de género pues el quedar viudas, sin hijos o sin padres, muchas mujeres se ven sin aporte económico y comienzan a desempeñar múltiples roles en el conflicto delictivo ya que pueden ser enroladas por la organización y volverse sicarias, reclutadoras, proxenetas, contrabandistas, lideresas de la organización incluso, pero también son víctimas no sólo como parte de la población civil, sino también dentro de la misma organización delictiva y el desempleo, la educación inconclusa y la discriminación les abofetea en su cara.
Pero hay que dejar de ver esta situación como algo sin fin, en columnas anteriores he mencionado que esto no acabará pronto, ya que ha sido toda una bola de nieve que crece cada vez que completa un giro, y la pendiente por la que baja es muy empinada y logra mucha velocidad, pero eso no significa que no tenga un fin, y cuando ese fin llegue, cuando se pueda iniciar "desarme" al crimen organizado y la delincuencia común se debe, imperativamente, ir esbozando las etapas de reconstrucción del post conflicto, se debe incluir una estrategia inteligente del mantenimiento de la paz adquirida en ese instante, los procesos del desarme de estos grupos y su reinserción social luego de la condena recibida por sus crímenes, se debe reconstruir la forma de la ejecución de la pena, el sistema penitenciario, el sistema educativo, la inversión social, incluir y reconocer las necesidades de hombres, mujeres, niñas, niños y adolescentes víctimas del delito y reconstruir además a quienes indujeron al crimen, eso contribuirá a un mayor y mejor equilibrio social en la recuperación post conflicto.
Se debe contener a las mujeres y hombres (de todas las edades) que ahora figuran como delincuentes y reforzar a las mujeres y hombres (de todas las edades) que en este preciso momento están en la primer línea combatiendo al crimen y, de ser posible, paralelamente ir educando a las niñas, niños y adolescentes, futuros mujeres y hombres, quienes serán los que con el ejemplo aprendido, construyan y mantengan la paz social una vez pase la fase de post conflicto y vuelvan el estatus a Costa Rica como el país pacífico y tranquilo que siempre ha sido.
En los años comprendidos entre el 2020 al 2022 fue el personal de salud quien dio su más alto esfuerzo y sin reconocimiento alguno por el bienestar de la salud de sus compatriotas, pero, es desde el año 2023 a la fecha el personal de seguridad y policía quienes se han visto diezmados y desprovistos de herramientas, insumos, incentivos e incluso falta de gente para prevenir, contener e investigar, también han dado su vida, seguridad y tranquilidad por resguardar la vida, seguridad y tranquilidad de todos los habitantes y residentes del país, incluyendo a quienes toman decisiones críticas y decisivas.
El personal policial y de investigación, los diferentes cuerpos policiales con que cuenta el país desde la policía administrativa hasta la técnico-científica, todas merecen respeto, sin seguridad hay anarquía, no dejemos morir la democracia que nos ha cobijado y ha sido ejemplo para casi todos los países de la región y el resto del mundo.
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