Son meses de arduo trabajo y preparación con el único objetivo de ganar las elecciones, ya sea a la Alcaldía, Regiduría o Sindicatura o incluso a un Concejo de Distrito, y las personas han dedicado semanas junto con sus respectivos equipos planificando el famoso Día E, con la plena convicción de salir vencedores de la contienda electoral. Pero ¿qué sucede al recibir los resultados electorales y la desilusión de no haber alcanzado la mayoría?, difícilmente nos preparamos verdaderamente para ese momento, pero sobre todo para lo que debe hacerse en adelante.

Desde la experiencia soy consciente de que, en la mayoría de los casos, el agotamiento es el verdadero triunfador, sobre todo, cuando las campañas se han tornado pesadas en persecuciones y ataques, además de la logística y planificación ordinaria de estos procesos. Evidentemente, esto no puede ser el mayor justificante para desaparecer del escenario político y de la realidad cantonal, sino, por el contrario, fortalecer la acción ciudadana desde el control político hacia las autoridades electas.

Quién mejor que una persona que se ha preparado para ser autoridad local, que dé seguimiento a los planes estratégicos municipales, de desarrollo humano, plan regulador y por supuesto a las sesiones de Concejo Municipal, que sea diligente en la observancia del cumplimiento de los presupuestos y recaudación de los tributos municipales, amparado siempre en la ley, pero sobre todo fiel a las necesidades, identidad y contexto cantonal. Solo así, se puede garantizar la sana y transparente administración, el bien de la comunidad, la protección del interés común y el cumplimiento de la ley; respaldado en el primer y noble sentimiento de servir a su cantón, como cuando decidió postular su nombre para un puesto de elección popular.

El liderazgo político no se termina con el conteo de los votos en cada junta receptora, mucho menos la motivación de servir en la comunidad, solo que ahora, ante la difícil realidad de no ser electos, debe resurgir el actuar ciudadano preocupado por los intereses cantonales. Es momento de contar no solamente la historia de los vencedores, sino también de los vencidos, sobre todo de aquellos que conscientemente se han preparado para gobernar con excelencia, conocimiento y transparencia; a nuestros cantones les urge personas así, que ofrezcan en el servicio comunal sus conocimientos, educando sobre la gestión municipal y el civismo, que involucre a más personas en la vida política del cantón.

Ante este contexto de una supuesta derrota, solo queda enrollar las mangas de la camisa y seguir trabajando por el cantón, la contienda no acaba, justo inicia un nuevo proceso de sensibilización sobre el cantón, de aprendizaje y de potencialización del liderazgo. Lo más importante es que hemos adquirido; gracias a +CR, los recursos y herramientas para no darnos por vencidos, sino más bien, como la gran oportunidad de mejora siempre en busca del bien común.