Por Claudia Sasso – Estudiante de la Escuela de Cine y Animación
¿Qué hace que nuestras películas favoritas sean tan especiales? ¿Qué tienen en común nuestros libros y películas favoritas? Hoy en día es muy fácil dejarse llevar por los gráficos, la animación, efectos especiales y demás a la hora de ver una película o serie. Estos elementos muchas veces definen la calidad de estas, sin embargo, por mucho tiempo no fue así. Las historias, desde hace años, han sido el corazón de todo el entretenimiento. Es fácil enamorarse de los personajes que forman parte de una travesía, y las historias y relatos nos permiten sumergirnos en su contenido.
Un buen relato comienza por sus personajes, estos son los que permiten a la audiencia enamorarse y aferrarse a la vida que está siendo relatada. La importancia de un personaje con el que los lectores se puedan identificar tiene un peso inexplicable sobre el resto de una historia. La estructura que se utiliza para la mayoría de las historias, especialmente de películas, contiene muchos elementos. El personaje principal comienza en su vida cotidiana; esta parte de la estructura es especialmente importante, ya que es la oportunidad del espectador de hacer un click con este, aquí o se agarra el interés o se pierde por completo. El personaje es parte de todas las partes de la estructura de una película, este va desde el inicio, al cambio, los clímax, puntos de giro y termina la historia por nosotros los observadores, es por esto que sin un buen personaje principal, rara vez, la historia va a tener éxito.
El clímax es sumamente importante en un relato, al fin y al cabo, este es el enfoque de toda la historia, todas las acciones son generadas para llegar a este punto; sin embargo, este punto no es el que le genera una atadura emocional a la audiencia. Durante toda la historia, los espectadores están buscando cómo llegar al clímax, saber cómo su héroe se las va a idear para pelear contra el antagonista, o recuperar a la chica, etc., pero esa es la belleza. Todo lo que pasa antes del clímax, como sus relaciones, los problemas y obstáculos que se topa, los entrenamientos, los fallos y la mejora, todo eso es lo que, una vez más, hace que el lector se enamore de la historia. Una historia no es nada sin una conexión emocional, un enlace más íntimo; porque al hacer de un relato una experiencia, todo cambia.
Las personas buscan constantemente cosas con las que se puedan relacionar, ya sea una persona extrovertida, introvertida o algo en el medio, todos, aunque no lo creamos, queremos una conexión con algo. Es por esta razón que cuando una historia genera una relación con la persona, la marca. Crear un personaje que entienda lo que un joven está pasando genera una sensación increíble en este. Lograr que alguien haga toda una travesía a través de un relato es lo que hace una historia tan buena. Sin la conexión con la audiencia, sin importar qué tan buena sea la historia, qué tan bueno sea el concepto y la batalla final, esta no va a funcionar. El corazón de una historia es y siempre va a ser la relación que tiene esta con su lector.