Hace unos días el Washington Post reveló un proyecto que el gobierno de los Estados Unidos se ha propuesto para impulsar el establecimiento de un Estado palestino en Cisjordania y Gaza y con Jerusalén Oriental como su capital, o al menos eso pretenden, a cambio, se espera que el mundo árabe opte por un reconocimiento pleno hacia Israel.
El problema con la propuesta se encuentra en la hoja de ruta a seguir que es incierta hasta este momento, aunque se presume estará basada en el planteamiento saudita del año 2002, sin embargo, la propuesta no contiene una estructura de seguridad social adecuada, incluyendo cuestiones a nivel jurídico y de defensa, basado en la premisa de los dos Estados, acordes incluso con la resolución 242 como base.
De acuerdo con los Acuerdos de Oslo de 1993 y 1995, se planteó un proceso de autonomía palestina que debería impulsar finalmente un Estado pleno, con los elementos necesarios para alcanzar esa meta, entre estos la conformación de una fuerza policial palestina no militarizada preparada adecuadamente para luchar contra la división por facciones como ocurre en la época actual.
El modelo de Estado palestino desmilitarizado ya se ha mencionado en varias oportunidades, incluso, en un artículo escrito en el 2022, se propuso el modelo costarricense como ejemplo para impulsar dicho Estado palestino y resolver su conflicto con Israel.
Las razones de un Estado desmilitarizado se sustentan en que alrededor de los palestinos no existe una amenaza existencial real y que, a pesar de lo expuesto en la propaganda pro-palestina, el exterminio sistemático de esta población no es tal y pese a lo reincidente del círculo de violencia, la cantidad de muertos en décadas de enfrentamiento no llega siquiera a los números de otros conflictos en la misma región en menos tiempo.
Por lo tanto, un Estado palestino, unificado bajo un solo modelo político estable y control militar centralizado debería brindar las herramientas necesarias para desarrollarse de un modo adecuado. Por lo tanto, la idea de un Estado palestino no militarizado es una de las medidas que se han propuesto para que el futuro Estado palestino pleno se logre gestar, incluso líderes como el presidente Al Sisi de Egipto ha mencionado en noviembre 2023 esta posibilidad.
También, es necesario resolver los problemas territoriales con Israel de manera adecuada, no se pueden establecer los límites territoriales sin lograr un acuerdo realista, que incluya un intercambio y una política negociada.
Cabe mencionar que uno de los grandes aspectos a considerar en cuanto al planteamiento de crear un modelo estatal para los palestinos es que no se puede seguir planteando medidas o soluciones desde una visión meramente “westfaliana” de modelo tradicional estatocéntrico, por cuanto los palestinos al igual que muchas regiones del Medio Oriente y África concentran su estabilidad política y social en las estructuras basadas en clanes familiares y tribus.
Por lo tanto, el modelo actual del sistema internacional debe ir configurándose hacia una estructura post westfaliana donde se sumen otros actores en la organización política y social, considerando que la actual ya no es suficiente. De este modo, el analista Mordejai Keidar ha planteado que para lograr impulsar un modelo funcional para los palestinos es necesario hacerlo desde una estructura de clanes, al estilo confederal antes de fabricar un Estado al modo tradicional que sea fallido y que termine por ampliar el cisma actual entre los palestinos y profundizar aun más la crisis con Israel.
El modelo confederal de clanes podría ser la solución en algunos enfrentamientos de estas regiones donde en la mayoría de los casos se conformaron estados basados en el modelo occidental después de un proceso de descolonización que se mantuvo por la estructura heredada.
Sí debería sopesarse que en muchos casos el modelo por clanes posiblemente no comulgue con los ideales westfalianos democráticos occidentales, como ocurre con algunos estados del Golfo, donde se ven estructuras estables, pero poseen gobiernos autoritarios y se alejan categóricamente del paradigma de la superioridad moral de la democracia, pero han logrado cierta funcionalidad y estabilidad.
Se debe analizar qué es lo que se busca obtener realmente, un Estado fallido que colapse de nuevo por las facciones que luchan por dominar el poder de los territorios palestinos y mantener un discurso de resistencia contra Israel, sumando la inestabilidad causada por la competencia entre liderazgos regionales.
Por el contrario, se puede promover un modelo que sea funcional, que tenga la estructura acorde a una región donde el respeto por el grupo familiar, el clan, la religión y la identidad son cruciales para poder llegar a una estabilidad y conforme a esto impulsar negociaciones que sean mucho más claras y efectivas.
Si se promueve un Estado palestino con las condiciones actuales, el resultado será una criatura que nacerá muerta, reforzando estigmas y dolores para un pueblo que merece más que los liderazgos nefastos que tienen hasta este momento que los han empujado hacia una larga espiral de caos y dolor, más de lo que se le endosa a su enemigo israelí.
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